La extracción ocupará casi 104 hectáreas de suelo, con una producción anual de 117.416 toneladas
Los dueños de La Rozuela usarán parte de la finca como gravera
La explotación logra licencia ambiental y no afectará al paraje del monasterio donde nació el castellano
chozas
Gran parte de La Rozuela va a convertirse en una explotación de gravas durante los próximos cuatro decenios. La directora general de prevención ambiental y ordenación del territorio, Rosa Blanco, aprobó el pasado 18 de marzo la declaración de impacto ambiental del proyecto, que afecta a los parajes conocidos como Caserío de La Rozuela y El Retortero.
Ambos están situados en la margen derecha del río Esla y ocupan una superficie cercana a las 104 hectáreas. Según publica el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), el recurso que se obtendrá son gravas y arenas para la preparación de hormigones de cemento y bituminosos para firmes de carreteras. La explotación se realizará a cielo abierto y como el aprovechamiento «será máximo no se generarán escombros».
El material se trasladará a una planta para su posterior clasificación y comercialización. En la descripción del proyecto también se especifica que el arranque se efectuará con tres retroexcavadoras de ruedas y el transporte, con seis camiones todo-terreno. La producción anual prevista es de 117.416 toneladas y la duración de las labores se prolongarán durante 38 años aproximadamente.
El área de la gravera se localiza en el término municipal de Chozas de Abajo y «no generará efectos negativos sobre las aguas, el río y los desagües de las fincas», según recoge la declaración de impacto ambiental. Como medida protectora, las instalaciones agrícolas del Caserío de La Rozuela se protegerán por una franja de terreno natural de veinte metros en horizontal. También se ha excluido una parcela, la 32, en la que se encuentra el yacimiento arqueológico conocido como El Retortero.
La Nodicia de Kesos
La Junta solicita, además, a los promotores que si en el transcurso de las labores aparecen restos históricos, arqueológicos o paleontológicos, se paralicen los trabajos y se informe al servicio territorial de Cultura. El proyecto no afectará al antiguo paraje donde se erigió el monasterio que dio origen al castellano a través de la Nodicia de Kesos escrita por el monje despensero Ximeno.
Del antiguo pueblo de Rozuela, que tuvo su esplendor en el siglo XI, no queda casi nada visible. El Ayuntamiento de Chozas, que trata de dar difusión mundial al manuscrito, va a poner en marcha un autobús turístico en junio que recorrerá los principales enclaves históricos y paisajísticos del municipio.
Entre ellos, hará una parada en el caserío de Rozuela, tras la autorización de los actuales propietarios, donde se visitará el edificio y se colocarán unos paneles explicativos sobre la importancia del documento.