| Entrevista | Marcos Ana |EX PRESO REPUBLICANO Y FUNDADOR DEL CENTRO DE INFORMACIÓN Y SOLIDARIDAD CON ESPAÑA EN PARÍS
«Tras 23 años en las cárceles de Franco lo más difícil fue la libertad»
El legendario prisionero franquista, que publicó su primer libro de poesía entre barrotes bajo el seudónimo de Marcos Ana, pre
león
Marcos Ana dejó de ser Fernando Macarro para burlar a sus guardianes y sacar sus poemas de la prisión, la que fue su casa durante 23 años, desde el final de la Guerra Civil hasta que en 1961 después un decreto otorgó la libertad a todos los presos políticos con más de 20 años en la cárcel: él era el único en España que cumplía ese requisito. Luego se convirtió en embajador de los presos españoles por el mundo. En este periplo, los años de la luz, conoció a Neruda, Picasso, Sartre, Allende, Castro... entre otros muchos. Nacido en 1920 en una aldea de Salamanca, se apuntó a las Juventudes Socialistas Unificadas durante la IIª República en Alcalá de Henares. Su nombre es un homenaje a su padre, fallecido en un bombardeo alemán en 1937, y a su madre que «murió cansada de seguirme de cárcel en cárcel». Hoy a las 20.00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León (Alfonso V), el PCE organiza un acto para presentar su libro Decidme como es un árbol (Umbriel-Tabla Rasa) con la participación de la escritora Carmen Busmayor. Una biografía prologada por José Saramago que parece más una novela y que bascula entre la tragedia de la muerte y el exilio y el canto a la vida aderezado con humor y suspense. Ha vendido ya 60.000 ejemplares.
-”¿Por qué eligió el verso «Decidme cómo es un árbol» entre los que escribió en prisión?
-”Es el primer verso de un poema que hice cuando llevaba 22 años encarcelado y ya comenzaba a olvidar las cosas más elementales de la vida. En los años anteriores, a través del sueño por la noche salía de la cárcel con toda mi familia. Realizaba en el sueño mis propios sueños, pero llegó un momento en que hasta en la noche se imponía como única protagonista la prisión.
-”¿La poesía fue su tabla de salvación en el largo cautiverio?
-”Empecé por dar salida a la música que llevaba dentro de mí, sacaba clandestinamente los poemas y cuando recibí un paquete donde venía un pequeño librito mío con un dibujo de Pablo Picasso me dí cuenta de que la poesía no era solo para pasar mis horas de cautiverio, era un arma para luchar por mi libertad y por la libertad de mis compañeros. Nuestras familias hacían de puente entre las cárceles y el mundo y por caminos milagrosos que hacíamos en la noche de las cárceles conseguían llevarlo a determinados destinos, a estafetas ya convenidas. No recuerdo la prisión como una pesadilla, porque a fin de cuentas es la vida que elegí. Preferí vivir la vida dura pero noble del revolucionario.
-”Veintitrés años de prisión, dos penas de muerte... ¿qué fue lo más duro?
-” No recuerdo la prisión como una pesadilla, porque a fin de cuentas es la vida que elegí. Lo más difícil para mí fue la libertad. Hubiera podido aguantar cien años más en la cárcel porque era como una piedra más de la prisión. Pero no estaba preparado para vivir en libertad y cuando salí tuve que descubrir a tientas la trama excitante de la vida.
-”Incluso el primer amor que ha hecho que Pedro Almódovar comprara sus derechos cinematográficos. ¿No?
-”Fue un amor con una prostituta muy tierno y dulce. Pedro Almodóvar leyó un artículo sobre el libro que se titulaba El primer amor de Marcos Ana y llamó a la editorial para comprar los derechos.
-”¿Cuándo hará la película?
-”Tengo un contrato de tres años. Él tenía que hacer Los abrazos rotos y otra película antes.
-”Burló a sus carceleros incluso para «ligar» a través de una ventana
-”Fue en el año 39, con una chiquita a través de la ventana, en la cárcel de Porlier en Madrid. Pero cuando salí tuve muchos problemas porque era muy difícil para mí adaptarme a una mujer. Estaba lleno de complejos.
-”Tras la libertad, se exilia en París. ¿Cuál fue su misión? -”Cuando salí de la cárcel la policía no sabía que yo era Marcos Ana. Pensaban que era un personaje que se había inventado Alberti, pero era un riesgo que yo me quedase en España. Como era conocido por mis poemas, era interesante salir de España y el aparato clandestino me sacó. Fundé el Cise (Centro de Información y Solidaridad con España) que lo presidía Pablo Picasso y a través de ese centro procuré coordinar la solidaridad del mundo con los presos políticos. Las prisiones franquistas no tuvieron éxito conmigo ni con muchos otros de rostro anónimo sin los cuales no hubiera funcionado el engranaje de nuestra lucha por la libertad. Son los héroes oscuros. Yo soy un privilegiado.
-”Presenció el último barco que salió de Alicante con más de dos mil personas exiliadas. ¿Qué ha supuesto el exilio de tantas personas preparadas para España?
-”Al punto de terminar la guerra se corrió por las filas de los partidos políticos que los que tuvieran responsabilidades políticas se reunieran en Alicante porque iban a llegar barcos ingleses y franceses a recogernos. Desgraciadamente no fue así: por mar fueron los barcos franquistas y por tierra una división italiana y quedamos atrapados en aquel puerto.Allí comenzó mi «turismo penitenciario». La riqueza de artistas, escritores, científicos... sabios exiliados se la ofrecieron a otros países como México, como Chile donde fueron acogidos. Ha sido un drama tremendo. Por eso es una barbaridad olvidar: hay que conocer la historia y pasar página, sólo después de leerla.
-”¿La memoria histórica ha despertado demasiado tarde?
-”Sí, y todavía hay dificultades. Se hizo la ley en el 2007 pero la memoria histórica la sostiene la ciudadanía, prácticamente está abandonada. Es triste ver que los monumentos los está levantando la gente y leer, como hace poco en Logroño, que entre las víctimas hay chicos de trece años... No se puede olvidar, no para vengarse porque la venganza no es un ideal político. Pero no hay que confundir la venganza con la justicia, ni tampoco la amnistía con la amnesia.
-”Ha tardado mucho en escribir su vida ¿Le hería la memoria?
-”Cuando salí tenía tantas obligaciones que no tenía más remedio que seguir esa marcha. En aquellos momentos, cuando todo estaba en carne viva, era difícil que yo tuviera una intervención pública sin romper a llorar.
-”¿Sigue siendo comunista?
-”Claro, la bondad de las ideas está por encima de los hombres y sus errores, por encima de los partidos y por encima de los llamados países socialistas que terminaron prostituyendo una idea tan hermosa. La lucha continúa.