El Ayuntamiento culpa a los comerciantes de la pérdida del rastro dominical

dl | redacción

La concejala de Sanidad, Comercio y Consumo en el Ayuntamiento de León, María Rodríguez, aseguró ayer que algunos comerciantes son los «máximos responsables» de la problemática que se ha originado en torno al rastro, después de que el consistorio decidiera cambiar su ubicación.

Rodríguez explicó en rueda de prensa que el mercadillo «no es una rifa» ni una «apuesta» de cada colectivo y que el Ayuntamiento es el que «tiene la última palabra» en el traslado de Papalaguinda a la explanada de Clarés, un lugar que es definitivo porque no se está valorando ninguna otra ubicación.

Del mismo modo, aseguró que hay un «grupo importante» de vendedores que sí está dispuesto a ubicarse en Clarés, si «tuvieran libertad» porque «le consta» que hay «presiones internas» por parte de los comerciantes contrarios al cambio.

Para el consistorio, el de Clarés es el mejor recinto porque está delimitada tanto su entrada como su salida, un elemento que facilita el control por parte del equipo de gobierno de la actividad comercial que se lleva a cabo en el rastro. Según Rodríguez, el «descontrol» que ha existido sobre esta actividad comercial ha provocado prácticas como el realquiler de puestos, la venta de mercancías ilegales o la comercialización sin licencia.