«Estoy en la orilla de las perspectivas imposibles y los sueños sublimados»

Ha dejado la tranquilidad de Carbajal de Fuentes para aventurarse en el vibrante caos berlinés. La capital alemana se ha convertido en los últimos años en uno de los polos de creación contemporánea más atrayentes del mundo y allí expone José de León sus cosmogonías mágicas en dos exposiciones simultáneas que ya han sido alabadas por la crítica internacional. Entre otros elogios, Ana Finel Honigman compara su paleta con la de Chagall y describe sus lienzos como universos oníricos que estallan con vibrante magnetismo. Y con casi cuarenta años de creación a sus espaldas, este transformador contemporáneo del universo surrealista dice que sólo aspira a seguir por el mismo camino y descansar...

-¿Qué ha ido a encontrar de sí mismo a Alemania o qué es lo que ya ha encontrado?

-He venido a seguir encontrándome a mí mismo... y he encontrado lo que ya tenía.

-Berlín es una de las zonas más vibrantes de Europa en lo que se refiere a creación contemporánea-¦ ¿Esa fue la razón por la que se aventuró allí?

-Un poco sí, pero sobre todo por salir de Madrid, que ya me asfixiaba. Cuando cambias de lugar cambias de infierno, y el infierno en Berlín es el invierno, con lo cual no está mal porque al menos no pasas frío.

-¿Ha planteado guiones diferentes en la exposición de la galería Carrieri y en la de la Kuntsraum K. Bethanien?

-En Bethanien hay dos piezas del año 2008, en la galería, obra reciente.

-¿Sigue pensando que su obra no requiere de explicación conceptual? Lo digo porque hoy en día parece que el arte que no se siente a través de la razón no es tal y su obra es arte con mayúsculas. Así que por favor, por una vez, hábleme de la narrativa que se encierra tras sus microcosmos.

-La pintura de los sueños no necesita explicación y menos conceptual. Se ve, se siente... Por otra parte, el dogma surrealista dice: «Expresión creativa fuera del control de la razón. Lenguaje automático». O sea, estoy en la otra orilla, en la de los deseos sublimados, las perspectivas imposibles, una larga metamorfosis de sueño y realidad.

-Hay un artista americano, Dan Attoe, que recuerda mucho la estética y la simbología del Bosco, como la suya. ¿En qué contemporáneos se encuentra?

-Los cuadros de Attoe son joyas en clave, a veces, de cómics, con sus monólogos escritos en el cuadro. Suerte de haberlo visto en el Musac de León y aquí en Berlín... Algo tenemos en común, una especie de fantasía de lo cotidiano. Y con otros contemporáneos me pasa igual, pero en el fondo, si alguien se aventura a estudiar el trabajo que vengo desarrollando en estos treinta años, verá que sigo por un camino en solitario con muchos senderos pero en una sola dirección. En fin-¦ vamos a pensar en lo que nos queda, que no es poco.

-Eugenio Granell dijo de usted que era uno de los grandes pintores españoles ¿A qué espera para dar el salto a las grandes ferias de arte contemporáneo y, por tanto, al mercado con mayúsculas?

-¡Buena pregunta!... Pero no le la voy a responder para que no pasen un mal rato-¦ ¡amadísimos hermanos!

-Barroco, simbolista, surrealista ¿Se le puede encerrar en una escuela?

-En todas y en ninguna. Quiero decir que soy de la hermandad surrealista pero no puedo encerrarme en ningún ismo puesto que lucho por la libertad (de la vida y de la creación, que es lo mismo).

-¿Cómo ha evolucionado desde su primera exposición del 78?

-Ya le digo... muchos senderos pero una sola dirección ... Tenemos todos a medida que pasa el tiempo menos neuronas pero más sabias, y las que quedan son peleonas y se agarran a la vida... Hay siempre una relación entre la vida y la pintura, ambas se mezclan y se confunden.

-Su obra me recuerda, y a veces mucho, a Miró. ¿Tiene algún tipo de conexión con su obra?

-¡Miró es el abuelo surrealista! Miró rompe los dogmas, «asesina» la pintura.. y en clave onírica, da pasos de gigante-¦ buscando la libertad rompe hasta sus propios cuadros. ¿Qué nos queda a los que venimos detrás? Pues muy sencillo: volver a empezar como si no hubiese pasado nada, reconstruir lo que el abuelo rompió para volver a romperlo de nuevo, y así una y otra vez... todo vuelve y retorna eternamente... como una visión circular del tiempo. Los acontecimientos siguen reglas de causalidad. Hay un principio del tiempo y un fin que vuelve a generar, a su vez, un principio.

-Hay una frase suya que me encanta. Dice que su pintura es surrealista, no alucinógena ¿Hay alguna diferencia?

-Toda. Mi trabajo es propio de un poeta alucinado, un poeta fijado a imágenes tan vivamente reales que la mayoría son incapaces de ver-¦ Con una marcada querencia por lo invisible y con una misteriosa dialéctica polarizada por la sangre y el cristal, lo oscuro y lo transparente, hijas de la alquimia cósmica. La pintura alucinógena, está causada por sustancias que alteran a la conciencia y afectan a la percepción de la realidad. No es mi caso, y la diferencia básica es que mi droga es la vida pura y dura.

-Vemos el mundo como somos, o sea que pintamos el mundo que somos en cada momento ¿Cómo es el suyo ahora mismo?

-Viajo solo por un camino, a veces con sombras y árboles, otras, pedregales y escorpiones, y a lo lejos diviso un caseto de barro con una hoguera para pasar la noche.

-Y para acabar, la pregunta de rigor ¿cuáles son sus próximos proyectos?

-Seguir por ese camino y acercarme al caseto de la hoguera... ¡pa descansar un rato!