El lado sensible de los duros

Instituciones Penitenciarias y la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (AFA) oficializaron ayer el acuerdo de colaboración que mantienen desde el año 2004 por el que un grupo de reclusos con un determinado perfil penitenciario realiza labores de voluntariado para ayudar a mejorar la calidad de vida de los enfermos. Ochenta reclusos han participado en esta experiencia, «muy positiva», según la definió la presidenta de la asociación, Mercedes García. La solidaridad de los internos en las tareas de apoyo de la asociación, como el servicio de transporte y compañía es una expresión más de los esfuerzos para la reinserción social. «No vale cualquiera para estas labores. Algunos nos han dicho que no pueden seguir, que les resulta muy duro, por la crudeza de la enfermedad», aseguró ayer el director del centro penitenciario, José Manuel Cendón, quien dijo que la selección de las tres o cuatro personas que colaborarán este año con la asociación deben cumplir con unas cualidades concretas de carácter y un bajo perfil criminológico. «Con este convenio queremos que los reclusos mejoren su imagen y puedan devolver a la sociedad lo que han quitado». Cendón aseguró que Instituciones Penitenciarias colabora con otras asociaciones de apoyo a los más desfavorecidos.