Dos ampliaciones de pista, el ILS y una segunda terminal

Pero el aeropuerto necesitó enseguida crecer, su pista, con la que nació -”1.642 metros de longitud-” sólo permitía el aterrizaje de turbohélices con capacidad máxima para cincuenta pasajeros. El horario de apertura también fue un gran caballo de batalla hasta que logró su operatividad hasta medianoche.

La primera inyección de dinero importante llegó con el proyecto de ampliación, que permitió que la pista creciera hasta los 2.100 metros y la llegada así de reactores, así como la instalación del ILS, con la posibilidad de aterrizajes en situaciones de baja visibilidad. Supuso una inversión conjunta (incluida la plataforma de estacionamiento) de 15,7 millones de euros y fueron inaugurados el 1 de octubre del 2005 por el presidente del Gobierno.

Ese día Zapatero anunció ya una segunda ampliación hasta los 3.000 metros. Vino a inaugurarla el 21 de diciembre del 2007 y costó 29 millones. Siguiendo la tradición de las sopresas en el enclave aéreo, llegó el turno para una nueva terminal con capacidad para albergar hasta un horizonte de 500.000 pasajeros al año. Las obras se ejecutan ya con un coste de 17,3 millones.