La garantía para asegurar el acceso a reservas de carbón

Las ayudas al funcionamiento de las empresas mineras tienen como objetivo cubrir las pérdidas económicas que supone la producción de carbón en España (en la UE en general), con el fin de mantener esa producción para garantizar un mínimo de independencia de los países en la generación de electricidad. Son subvenciones para cubrir la diferencia entre los costes de explotación y el precio que obtienen por la venta a las centrales térmicas, según establece el reglamento del Consejo de Europa sobre las ayudas estatales a la minería del carbón, aprobado en julio del 2002 y con un plazo de vigencia que concluye el 31 de diciembre del 2010. Y según se recoge también con claridad en el Plan del Carbón 2006-2012: «Percibirán esas ayudas las empresas inscritas en un plan de acceso a reservas. No sobrepasarán la diferencia entre el coste de produccion y el ingreso por ventas y no permitirán precios de venta inferiores a los del mercado internacional. No distorsionarán la competencia ni el mercado de la electricidad». Además, establece que se concederán a las empresas que tengan mejores perspectivas económicas, aunque se tendrán en cuenta los aspectos «sociales y regionales».

El reglamento comunitario reconoce el «desequilibrio competitivo» del carbón comunitario pero advierte de la necesidad de asegurar el autoabastecimiento. Por eso, aunque señala que las ayudas deberán ir disminuyendo con los años, aprueba la concesión de ayudas: «En el futuro, la mayor parte de la producción comunitaria de carbón seguirá sin ser competitiva respecto al carbón importado», señala el reglamento. Las ayudas sólo pueden concederse y ajustarse a la producción establecida en el plan nacional de acceso a las resercas de carbón.