El traspaso del matadero a titularidad privada no se hará hasta septiembre

Entre sacrificios: vacas estazadas y despiezadas por los lineales, mientras los matarifes operan con precisión de cirujano, la concejala de Comercio y Consumo del Ayuntamiento de León, María Rodríguez, escenificó ayer el adiós de la titularidad municipal del matadero. Un paso a manos privadas que no se ejecutará de manera efectiva hasta el mes de septiembre, cuando el adjudicatario: Embutidas Carracedo Llamas, desembolse hasta el último euro de los 2,8 millones de euros que fijó en su oferta, dado que por ahora sólo ha entregado los 120.000 euros de la garantía. «Una operación redonda», como calificó la edil socialista, quien ensalzó la enajenación de la infraestructura, cuyo concurso público había quedado desierto las dos veces, en las que se solicitaban 5,3 y 4,6 millones de euros.

Pero el incentivo que se esforzó en vender ayer la concejala del PSOE fue el desarrollo del plan industrial propuesto por el futuro propietario, que ofreció 200.000 euros por encima del tipo de licitación, al que se había ajustado la otra sociedad que optó a la compra: Macelo de Mieres S.A. Un planteamiento que augura «la creación de 120 empleos directos en el plazo de 3 ó 4 años», además de la asunción y cambio a contrato indefinido de los 14 empleados eventuales que están ahora en nómina del consistorio, mientras que los 28 fijos actuales tendrán que ser recolocados en diferentes servicios municipales con la conservación de su categoría profesional.

El salto de plantilla responde a la intención del empresario, radicado en Santibáñez de Vidriales, de «aprovechar el posicionamiento del matadero en el noroeste peninsular» para abastecer al «mercado europeo: Francia, Alemania y Reino Unido», a través de «los puertos de Gijón y Nantes». Destinos para los cuales hará una inversión, sin que se citara si será a medio o largo plazo, de 2,5 millones de euros: 1, 5 millones para «una línea de matanza de cerdas madre de corte europeo» y un millón para «un lineal de vacuno automatizado», según anunció Rodríguez, quien ensalzó el proyecto como «un gran avance para el sector de León y su región».

Una «buena noticia para todos», resumió la edil, satisfecha de desembarazarse del «millón de pérdidas anuales» que acarreaba el servicio -”a pesar de que en el último ejercicio «se redujeron un 20% los costes de producción»-” y que convertía al Ayuntamiento en «el único de capital de provincia de España que mantenía la titularidad municipal. Un negocio que encumbró a Morano en los años ochenta, tras su mítico encierro de bata y zapatillas en el consistorio, y que se convirtió en pozo sin fondos de inversiones; millones que no se recuperarán, a pesar de la venta.