Reportaje | ical
El voto se olvida del papel
La ULE auditó la urna electrónica utilizada en México
Un momento de la presentación de la auditoría.
Representantes de la Universidad de León (ULE), entre ellos un miembro del Observatorio del Voto Electrónico, Luis Panizo, hicieron entrega ayer de la urna electrónica con el correspondiente informe detallado sobre su funcionamiento a los ingenieros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (México), que desde el pasado mes de enero cedieron a la institución leonesa con el fin de conocer la valoración de los expertos en relación a su funcionamiento y sus posibles mejoras.
Durante seis meses un grupo de cinco personas dedicaron un total de 300 horas de trabajo e investigación sobre aspectos como el software, el hardware o el diseño operativo de la urna que, según declaró Luis Panizo, «cumple las expectativas que se le piden», haciendo especial incidencia en la accesibilidad, el menor peso y la mayor autonomía.
Sin embargo «posibilita una amplia gama de usos», factor del que no disponen otras urnas de Brasil e India, donde sólo se aplica en procesos electorales, mientras que en el caso de la urna mexicana «se puede utilizar en cualquier consulta de participación ciudadana».
La Universidad de León tiene previsto hacer una prueba del voto electrónico en las próximas elecciones de representantes de estudiantes, aunque «con la supervisión y ayuda del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila», declaró Panizo.
Esta urna es la quinta generación de urnas electrónicas desarrolladas por el equipo del ingeniero Luis Ángel de la Colina y con ella se han acometido ya diferentes procesos electorales en México en los años 2003 y 2008, mientras que en 2011 se aplicará en la renovación del poder ejecutivo y legislativo, con la colocación de 3.200 equipos para efectuar el voto.
En Latinoamérica. La urna electrónica objeto de la auditoría es una de las más utilizadas y verificadas en Latinoamérica y ha sido desarrollada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPCC), que actualmente se utiliza de forma vinculante en las elecciones legislativas de nivel nacional, estatal y local.
Además también se apoyan en ella para desarrollar consultas ciudadanas en todos los niveles: escuelas, universidades, sindicatos, asociaciones y organismos.
En muy pocas ocasiones se han llevado a cabo auditorías sobre urnas electrónicas con procedimientos públicos y es inédito en el mundo este caso, por desarrollarse fuera del país de origen. El objetivo que se persigue es mejorar su diseño para reducir costes, aumentar la autonomía e incrementar la posibilidad de uso y la accesibilidad de la urna.