La Universidad prescindirá de 58 profesores en el inicio del nuevo curso
Una veintena se acogerán al plan de jubilación voluntaria y sus plazas serán ocupadas por jóvenes docentes; 38 serán no renovación de contratos de asociados
La Universidad de León hará efectivas las primeras medidas del plan de reestructuración de plantilla que tiene que poner en marcha acorde a las exigencias marcadas por la Junta de Castilla y León ya que el dinero que aporta la Administración autonómica no llega para pagar las nóminas de los más de mil profesores que tiene la ULE.
Tras la polémica aprobación del Plan de Dedicación Académica, la institución leonesa ha puesto en marcha el Plan de Jubilación Voluntaria Anticipada del personal docente e investigador funcionario que afectará a un máximo de 20 profesores que tengan más de 60 años pero que aún no hayan cumplido los 70 años, edad máxima marcada para la jubilación.
Así, desde su aprobación el pasado 15 de julio y hasta el próximo cuatro de septiembre está abierto el plazo de presentación de solicitudes. Hasta la fecha, la ULE ha recibido un total de 17 interesados. La institución académica estudiará cada una de ellas y remitirá a los interesados un informe con la vida laboral y la situación económica de cada uno de ellos. Con esta documentación en la mano, los solicitantes serán los que decidan, en último término, si se acogen o no a este plan de jubilación voluntaria.
Los requisitos. El vicerrector de Profesorado, José Luis Fanjul, destacó que con esta medida se pretende «rejuvenecer» la plantilla de la ULE, cuya media de edad supera los 50 años. Además, Fanjul matizó que, de no emprender un plan de estas características y dada la edad de los docentes, dentro de unos años la institución académica vería reducido de forma notable el número de profesores disponibles.
Los solicitantes deben ocupar con carácter definitivo una plaza de PDI funcionario en la Universidad de León, y prestar servicios en activo en el momento de acogerse al Plan; servicios que, al menos durante los últimos ocho años, deberán haber sido en dedicación a tiempo completo. Además, tienen que haber cumplido los 60 años de edad con, al menos, 30 años de cotización y que, en los cinco años inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud, haber prestado servicio efectivo a la Universidad de León durante al menos cuatro años.
Categoría de eméritos. Las personas que se acojan al plan pasarán a la situación de jubilación pero podrán seguir vinculados a la Universidad leonesa, es decir, podrán utilizar los servicios de la ULE y continuar con sus estudios e investigaciones pero sin remuneración y serán considerados como profesores eméritos específicos. Estas condiciones se mantendrán, como máximo, hasta que se alcancen los 70 años. El nombramiento como «Profesor Emérito Específico-ULE» permite mantener la relación de servicios con la ULE, y en consecuencia, la presencia en la Universidad como personal académico, con los derechos y obligaciones que correspondan al profesor emérito, pudiendo participar en actividades de docencia de doctorado, dirección de proyectos fin de carrera, dirección de tesis doctorales, etc. En todo caso, estos profesores no tendrán obligación de impartir docencia reglada.
A las 20 personas que se acogerán al plan de jubilación hay que sumar los 38 contratos de profesores asociados que no serán renovados en septiembre. Una medida ya aprobada en el Consejo de Gobierno con el objetivo de reestructurar la plantilla. Del millar de profesores de la ULE, 240 son asociados. Una cifra considerada elevada por los responsables académicos.