Los científicos avalan la seguridad de las antenas, pero aún no la de los móviles
El Gobierno garantiza que todas las antenas de telefonía instaladas están censadas y emiten radiaciones por debajo de lo recomendado por los expertos
El acceso a la sociedad de la información se realizará en un futuro inmediato a través de los dispositivos móviles, con una revolución de los servicios de comunicación que necesitan un despliegue de infraestructuras basadas en la radioelectricidad. El sector movió en España 15.000 millones de euros en el año 2008, una cifra que lo ha situado como el principal empuje económico. El impacto mediático en España entre los años 2000 al 2004 «no tiene parangón en ningún otro país europeo», en palabras del subdirector general de Operadores y Tecnologías de la Información, Gerardo Silván Carabias, lo que, según defendió, desencadenó una normativa estricta en el control y concesión de licencias que en ocasiones vulnera el derecho de las operadoras a instalar sus redes de acuerdo a las normas establecidas por la política europea, lo que ha motivado que las autoridades de la UE «nos hayan dado un toque de atención por cuarto año consecutivo», reprimenda que Carabias atribuyó, en algunas ocasiones, al exceso de normativa municipal. Silván Carabias intervino ayer en León el curso organizado por la Fundación Universidades de Castilla y León y la Junta sobre «Contaminación electromagnética, acústica y de calidad de vida», que se clausura hoy con el abordaje de la contaminación electromagnética.
Detalló la normativa existente en España y aseguró que «El Ministerio tiene un censo exacto de todas las antenas de telefonía móvil y se ajustan a la normativa. La diferencia entre las radiaciones que emiten y lo que es perjudicial es muy alta. Estamos convencidos porque lo medimos y comprobamos».
En el acto intervino Francisco Vargas Marcos, epidemiológico y miembro del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud quien afirmó que las emisiones de las antenas de telefonía móvil en los límites fijados no suponen riesgos para la salud, afirmación avalada con estudios en el laboratorio, aunque alertó de la poca experiencia sobre las consecuencias del uso de los móviles, sobre todo en la población infantil, «tenemos que seguir investigando. Por debajo de los niveles establecidos el riesgo de las antenas está descartado, pero de los móviles no sabemos aún sus efectos en el cerebro. Requieren un tiempo de estudio. Se están realizando estudio sobre poblaciones expuestas, especialmente en los niños, porque desconocemos las consecuencias a la exposición».