Reportaje | andrea cubillas
El principio de un curso inolvidable
Los escolares leoneses volvieron al cole el pasado jueves
Ya lo anunciaba la letra de la canción del grupo español Amaral: ya no quedan días de verano. Y es que, aunque parece que fue ayer cuando se dio carpetazo a los libros, los trabajos y a las largas horas de estudio, el verano ya ha puesto su punto y final. Atrás quedaron tres largos e intensos meses de vacaciones marcados por las largas tardes de juegos en la playa, la piscina de las ciudades o las estrechas calles de los pueblos. Tres meses donde la única preocupación de todos los niños era disfrutar al máximo de sus tan esperadas vacaciones. Tres meses que, sin duda, se han pasado volando. Ahora vuelve la rutina y las obligaciones, obligaciones que para los más pequeños es sinónimo de la vuelta al cole. Pero, ¿quién dice que el colegio no es divertido?
El pasado jueves, más de 33.000 menores leoneses dieron comienzo sus clases de infantil y primaria. Las aulas de cientos de colegios volvieron a llenarse de voces, risas, pero sobre todo, de mucha alegría. Cada año, no hay ninguna puerta de colegio que se libre de las típicas lágrimas y berrinches de los más perezosos, sin embargo, para la mayoría de los pequeños, la vuelta al cole supone el momento de reencontrase con sus compañeros de juegos y travesuras.
En pocos días son multitud las sensaciones que experimentan los niños. Nervios por conocer al nuevo profesor y los nuevos compañeros. Una batalla constante por conseguir el mejor pupitre y estar sentado junto a sus mejores amigos. Mochilas, material escolar y nuevos libros, que le acompañarán a lo largo de los nueve próximos meses. Decenas de lecciones y temas que, aunque los primeros días resulten imposibles de aprender, acabarán formando parte de los conocimientos de estos jóvenes. Pero el paso por los centros escolares no sólo deben reducirse al mero hecho de adquirir nuevos conocimientos.
Valores claves. Los colegios son las escuelas de la vida, los niños y niñas aprenden los principales valores de la vida. Mientras que en su casa, el niño es el protagonista, en el colegio debe aprender a compartir y convivir con decenas de jóvenes de su misma edad. Los profesores se convierten en los pilares y los ejemplos a seguir de los menores a los que deben inculcar los principios de solidaridad, compromiso, colaboración y amistad, entre otros, pero sobre todo deben infundir los valores del respeto y la tolerancia, valores claves en un mundo cada vez más multicultural. Los profesores deben centrar su labor educativa en el aprendizaje del conocimiento y de los valores humanos para conseguir el crecimiento intelectual y emocional absoluto.
Una nueva etapa para cientos de escolares leoneses, una nueva etapa que dejará una huella imborrable en su memoria: personas, situaciones, momentos, lugares que permanecerán para siempre con ellos.