El ataque incendiario a los montes de León ha costado más de 600.000 euros
Los medios aéreos realizaron 300 horas de vuelo para atacar los frentes de fuego
La rienda suelta a la afición de los incendiarios se traduce también en costes para las arcas públicas, las que sustenta la ciudadanía: controlar los incendios que se encadenaron en la provincia desde el pasado jueves le ha costado a la administración 600.000 euros (cien millones de pesetas) sólo en costear los vuelos y la actividad de los medios aéreos. En cuatro días, y ante los más de treinta focos de fuego forestal que han asolado los montes leoneses, se han registrado 115 horas de vuelo de los aparatos contratados por la Junta de Castilla y León para luchar contra estos fenómenos. Los medios dispuestos por el Estado completaron 180 horas de vuelo en esa batalla. Casi trescientas horas de idas y vueltas, del embalse o la balsa en el río, la piscina, al campo de acción, el helicóptero y el hidroavión contra las llamas revueltas por el viento. Una media de 2.000 euros de coste cada viaje, dan como resultado que la fiesta de los pirómanos se fija en 600.000 euros del vellón. La cantidad se sale de ese límite si se toma en cuenta que cada vez que uno de los grandes aparatos que pueden transportar hasta dos brigadas en cada trayecto, fija cada bajada de bandera en 5.000 euros.
Eso es parte de la carga que el festival pirómano que se celebró durante la última semana en los montes leoneses le ha dejado al balance del servicio de Medio Ambiente en la provincia leonesa.
La otra parte del coste resulta más dificil de acotar; parte, se pagará acorto plazo, con unos montes convertidos en campos de ceniza; otra, a medio plazo, con la inversión necesaria en recuperación del entorno, reforestación y medidas de choque para revitalizar el hábitat que devoraron las llamas. Otra vertiente del coste se mide a largo plazo, con los usos y aprovechamientos que los montes arrasados dejarán de aportar a sus propietarios, por norma general juntas vecinales. Más de seis mil hectáreas sucumbieron a la acción del fuego en cinco días en León. Hasta finales de agosto, en verano, el fuego había sometido 1.500.