¿Por qué no se quedan?

Lograr que León no sea considerado sólo un lugar de paso hacia Asturias o Galicia, conseguir vender sus enormes atractivos, crear paquetes que combinen ciudad y provincia... Muchos son los retos.

Crece el número de turistas que visita la provincia durante el verano, aunque en una cifra discreta, cerca de 3.000. Sin embargo, el número de pernoctaciones baja en más de 3.600, con lo que la estancia media de cada visitante en León baja de las 1,71 jornadas del pasado año a las 1,66.

¿Por qué la provincia no logra retener por más tiempo a sus visitantes? ¿León se consolida como un lugar sólo de paso en el noroeste español? El gran reto del sector se centra en conseguir al menos una estancia media por turista de dos días. No llegar al 40% de ocupación hotelera en los meses de mayor afluencia de visitantes supone un dato al menos preocupante para una provincia que confía en el turismo como uno de sus pilares de futuro ante la crisis de otros frentes como el campo, la ganadería o la minería.

Y todo ello a pesar de que León ha logrado mantener el tipo frente a la bajada general del porcentaje de pernoctaciones durante el mes de agosto, que en el resto del país descendió un 5%, frente al 1,5% local.

Los esfuerzos promocionales de los últimos años han chocado con la crisis y también con una división del mensaje por parte de los dos entes más fuertes en esta difusión: la Sociedad Mixta de Turismo de León del Ayuntamiento de la capital y el Patronato Provincial de Turismo que auspicia la Diputación.

Una imagen de León que no llega de manera unitaria a los potenciales visitantes y que no vende de manera global la ciudad y la provincia, desgajando así mensajes y restando fortaleza a una oferta que debería ser integral ante cualquier foro.

Un ejemplo es la promoción que estos días la ciudad ha llevado a Valencia, cuando hace sólo unos meses la Diputación y los grupos de acción local viajaron hasta la capital del Turia con los Productos de León y la oferta turística de la provincia.

Esfuerzos divididos, mayores costes y un mensaje que no queda claro en su globalidad. La ciudad y la provincia no pueden dividirse con distintas propuestas porque, en realidad, no se entiende una sin la otra.