Mil empresas han cerrado ya en León a causa de la crisis

Ahora que ya «1.000 empresas de León, entre pymes y autónomos, han cesado en su actividad», la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) mostró ayer «su profunda preocupación» por una estadística funesta que se deriva de «la crisis económica y la falta de financiación, que se sigue registrando con creciente intensidad debido a las medidas restrictivas que aplican las entidades financieras y la ineficiencia de las medidas aprobadas hasta ahora por la Administración».

Las críticas, resumidas en un comunicado consecuencia de la reunión de vicepresidente de la patronal celebrada ayer, abundan en que «las pequeñas y medianas empresas de León siguen viéndose afectadas por una generalizada e inquietante sequía de financiación, que esta poniendo en serio riesgo la continuidad de muchas de ellas, penalizando asimismo la creación de nuevas sociedades». Una sentencia que se confirma al cotejar los datos de los últimos meses, cuando «se han creado en León un 50% menos de empresas» que en el mismo periodo del año anterior.

Carbón e impuestos. La organización también analizó «la difícil situación por la que atraviesa en estos momentos el sector minero leonés», y puso de manifiesto que «lo que necesita el sector no son parches parciales o coyunturales, sino soluciones solventes y rigurosas para aportar estabilidad y certidumbres a las empresas y para garantizar, en definitiva, el mantenimiento del empleo del sector».

Tampoco pasó inadvertida en la reunión de los vicepresidentes de la Fele el tema de la anunciada subida de impuestos que va a aprobar el Gobierno -”aunque sin que se haya concretado todavía cuáles-” ante la cual mostraron «su contundente rechazo». «Esta medida va a provocar graves efectos, ya que no debe olvidarse que un incremento de la presión fiscal se va a traducir en menos inversiones empresariales, en una caída del consumo y, consecuentemente, en mas paro», manifestó el colectivo en un comunicado.

En el análisis de la actualidad, la Fele se paró en «las difíciles relaciones que en estos momentos existen entre el presidente y otros miembros del Gobierno de España y los empresarios». «Esas actitudes de abierta hostilidad están impidiendo la generación del clima de confianza que se necesita para que los empresarios puedan cumplir con su función principal que es la generación de riqueza y empleo, objetivos ambos de singular relevancia sobre todo en un momento de grave recesión económica», fijó la organización.