La gripe A no constipa al santo

Se harta el Ministerio de Sanidad de hacer folletos y gastar dinero en publicidad, pero llega San Froilán y la paisanada no reprime el beso al manto de la Virgen del Camino, ni el pellizco a la nariz del santo, confiada en que la tradición y la devoción, como enseñan las escrituras, siempre han contribuido a espantar las plagas.

Aunque por ahora, la única plaga ha sido la que durante todo el fin de semana se ha contabilizado por las calles de León, atestadas de vecinos y turistas para vivir las auténticas fiestas del pueblo, más entregado que nunca. Nueva demostración de que el festejo prende entre la otoñada tibia y el calor de las tradiciones se vio ayer en La Virgen del Camino, donde más de 40.000 personas participaron en la conmemoración del patrono leonés, acomodados en el regazo del santuario de la patrona de la región. Con las avellanas -" perdones para los que se quedaron en casa-" a 6 euros el kilo y las mallas de ajos a un euro, los leoneses no se espantaron ni con las cuatro gotas que amenazaban cuando arrancó la romería en la capital de buena mañana, ni con las que despidieron el amén del obispo. Erguidos, tras la reja engalanada con más de medio centenar de pendones, siguieron presentes y firmes.