«Lagunair no podía vivir sólo de las subvenciones»

Las cancelaciones de vuelos y el impago de nóminas fueron determinantes a la hora de que la Junta interviniera la situación que Lagunair estaba atravesando. Los constantes incumplimientos de contrato obligaron al ejecutivo a rescindir su relación con la aerolínea, que a pesar de todo, continuaba enviando facturas al gobierno autonómico. Es el relato que Tomás Villanueva hizo ayer en el Pleno de las Cortes sobre los últimos coletazos de vida de la empresa leonesa.

El socialista Alfredo Villaverde se interesó por el dictamen por el que la Junta deberá ahora abonar 800.000 euros a Lagunair, circunstancia a la que Villanueva restó importancia. Es una consecuencia más, sostuvo en su intervención, de las irregularidades que se registraban en la compañía. Ahora, el juez ha tomado como fecha de rescisión de contrato el mes de octubre, y no el de agosto como había interpretado la Junta. Por ello se ve obligada a reembolsar un dinero que, según Villanueva, «no hubiera solucionado los problemas de Lagunair».

«Si hay que pagar, pagaré con la conciencia tranquila», afirmó el titular de Economía de la Junta, que no ve relación aparente entre la carencia de ese dinero que ahora deberá pagar y el desenlace de la compañía aérea de León.