Reportaje | andrea cubillas
La escuela de la alimentación
Una comida variada y equilibrada conjugada con la práctica de ejercicio físico diario es fundamental para mantener una buena salud en la infancia
Las necesidades de la población infantil están condicionadas por el crecimiento del cuerpo, el desarrollo de los huesos, músculos, dientes... A diferencia de cualquier otra etapa de la vida, en la infancia es en la que los cambios alimentarios son una de las características más destacables. El propósito básico de la alimentación es lograr una óptima nutrición para preservar la integridad física así como certificar el correcto funcionamiento de las funciones vitales. La nutrición es el proceso por el que el organismo humano asimila las sustancias necesarias para mantenerse y realizar sus funciones. Este proceso comprende desde la recepción de los nutrientes hasta la exclusión de lo que no le sirve o le perjudica. Una alimentación variada y equilibrada conjugada con la práctica de ejercicio físico diariamente es fundamental para mantener una buena salud en la infancia. Contribuye su correcto crecimiento y desarrollo durante la infancia, aumenta la capacidad de aprendizaje de los niños y mejora su rendimiento escolar. Es en las etapas de la infancia y la adolescencia cuando se consolidan muchos comportamientos, entre ellos los hábitos alimentarias. Por ello, es necesario cuidar al máximo la alimentación de los más pequeños.
1397124194 Alimento en cada comida. Hay que tener en cuenta que es necesario realizar al menos cinco comidas al día. El desayuno, la comida y la cena deben ser más fuertes y soportar la mayor parte de la energía y los nutrientes. Las otras dos comidas, las de unión, deben ser más ligeras, es decir, deben ser unas comidas complementarias y en ellas se pueden aportar todos aquellos alimentos que requieren un mayor número de raciones diarias, como son la leche, la fruta y los cereales. Es necesario que en las tres comidas importantes se incluyan la mayor parte de los alimentos energéticos, plásticos y reguladores. Hay que tener en cuenta que se debe aportar medio litro de leche diaria, evitar los posibles colorantes y conservantes, las grasas animales, sobre todo los dulces y las chuches, tan ansiadas por los más pequeños e incluir alimentos ricos en fibra y mucha fruta fresca, la cual no se debe sustituir por zumos. Hay que dejar los fritos para ocasiones puntuales y no tenerlo nunca como un alimento habitual y las tartas y los dulces tampoco deben formar parte de la dieta habitual.
Participación familiar. Para los niños comer requiere un aprendizaje donde cada día descubren un nuevo sabor. En la alimentación es necesario que todos los miembros de la familia se impliquen y hacer de la comida un acto social donde se reúne toda la familia. Es especialmente importante dedicar atención a la alimentación del escolar por ser una etapa crucial en el crecimiento y desarrollo de la persona. Es en este momento, además, cuando se adquiere el hábito alimentario, que probablemente se mantendrá sin grandes cambios a lo largo de toda la vida.