Sigue en pie la norma que permite la ayuda fraudulenta de la PAC
Europa alerta de anomalías, mientras la consejería de Agricultura no rectifica
Pasa en el campo también. Las ayudas de la Unión Europea no siempre llegan a cubrir el fin que las inspira, que en todos los casos pasa por proteger al sector de los vaivenes del mercado y deshacer con medidas de protección el abismo en la capacidad de competir. El pulso eterno entre ricos y pobres, avanzados y en vías de desarrollo, encuentra su mejor versión en el sistema de ayudas al campo que permite la normativa que aplica la consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León. No habrá marcha atrás en la norma que sustenta el pago fraudulento de ayudas a personajes que sustentan con superficie forrajera el cien por cien de los derechos que justifican los derechos de la Política Agraria Común. La expresión superficie forrajera atiende a un giro técnico que se traduce por pastos. El envoltorio bucólico esconde la posibilidad de ingresos sustanciosos a cambio de nada. Esa es la suerte que beneficia a los que perciben subsidios a cuenta de esa figura que en el papel oficial se distingue como desacoplamiento y que ampara la percepción de ayudas públicas sin necesidad de producir. La Unión Europea sospecha de que el sistema no es trigo limpio. Y aconsejó que no se permitiera esa argucia legal. Los colectivos agrícolas de la provincia leonesa -” los que representan a los profesionales del sector, no a los absentistas ni a los que tienen la dedicación como recreo o herencia para cobrar las ayudas-” confirmaron a este periódico que los organismos competentes de la Junta anunciaron hace un mes que reconsiderarían la normativa que permite esa treta que abre el cobro a miles de hectáreas que no producen nada. Las mismas organizaciones agrarias no salen de su asombro tras recibir la rectificación de los responsables de la consejería de Agricultura, en la que se mantenía la normativa repudiada por los profesionales del campo.
Bolsa externa. Con esta situación, es previsible que la próxima primavera se reedite la peregrinación a la provincia leonesa de propietarios de derechos en busca de un negocio redondo: arrendarán hectáreas de pastos a 50 euros (terrenos públicos en su inmensa mayoría) que luego permutarán a través de la solicitudes que se sellan en las ventanillas de la Junta por cantidades diez veces mayores.
Un negocio. Un gran negocio.