Una fecha, varias tradiciones

El 1 de noviembre es una fecha clave para cientos de personas en todo el mundo, principalmente dentro de la tradición católica, y es que el próximo domingo se celebra el Día de Todos los Santos. Esta celebración nació con objetivo de venerar a todos los mártires y, con el paso del tiempo, se ha convertido en una fecha para honrar y traer de nuevo a la memoria a todas las personas cercanas que han fallecido. Un día que inunda cada año los cementerios de flores y ofrendas como símbolo del recuerdo. Sin embargo, con el paso de los años, y como viene siendo habitual, España ha comenzado a adquirir tradiciones anglosajonas. Mientras aquí se celebra el Día de todos los Santos como una fecha religiosa, otros países como en Estados Unidos o Reino Unido celebran la noche de Halloween.

Origen de la festividad. A pesar de lo que mcuhos piensan, la palabra Halloween tiene su origen en la iglesia católica ya que proviene de la contracción de «All Hallows Eve», es decir, la víspera de todos los santos. Sin embargo, el origen de esta festividad data del siglo V antes de cristo en los pueblos celtas, una fiesta conocida como el Shanim, es decir, el final del verano. Cuentan las leyendas que el 31 de octubre los que habían muerto ese año buscaban nuevos cuerpos para así poder reencarnarse. Una noche en la que se unían el mundo de los vivos con el de los muertos. Sin embargo, los que aún estaban vivos no quería ser poseídos así que apagaban los fuegos de sus casas y se vestían con las peores vestimentas con el fin de ahuyentar a los muertos. Cuando los romanos ocuparon las tierras celtas también acogieron esta tradición, que pronto juntaron con otras celebraciones suyas que tenian lugarn en octubre, como la veneración a la diosa Pomona, la diosa de la fruta y los árboles, de ahí viene la tradición que existe hoy en día en los países anglosajones de la sacudida de manzanas el día de Halloween. En 1840 la tradicional noche de Halloween llegó al continente americano de la mano de los inmigrantes irlandeses y con ellos también las ya famosas calabazas de Halloween.

1397124194 Leyendas. La leyenda surge de un hombre llamado Jack, tan borracho y estafador, que hasta llegó a engañar al mismísimo diablo en dos ocasiones, la última de ellas pidiéndole que trepara hasta un árbol donde luego Jack esculpió una cruz y capturó al diablo para que así no se lo pudiera llevar al infierno. Cuando Jack murió se le negó la entrada en el cielo por sus malas acciones y también el infierno por el engañó al diablo. En su lugar, el demonio le condenó a vagar con un nabo hueco con un carbón ardiendo en su interior. Más tarde se empezó a conocerle como «Jack el de la linterna» y con el paso del tiempo las calabazas por su gran tamaño pasaron a sustituir a los nabos y a convertirse en el principal símbolo de la noche de Halloween.

En la actualidad, principalmente en Estados Unidos y Cánada, los niños disfrazados recorren las casas cercanas donde llaman a la puerta para grita «trick or treat» -“truco o trato-”. Los dueños de cada casa deben darles dulces y caramelos, aceptando su trato, si no lo aceptan, se pueden exponer a alguna travesura, el truco. Son muchas y variadas las historias que cuenta el origen de esta costumbre, una de ellas data del siglo XVI durante la persecución de los protestantes contra los católicos. Uno de los conspiradores del asesino de un rey traicionó a sus compañeros, un acto que provocó que muchos disfrazados luteranos con mascaras para guardar su identidad fueran por las casas de los católicos exigiendo comida de forma burlesca. Muy pronto se haría popular el truco o trato que, al llegar a América, con los primeros colonos se uniría a la festividad de Halloween.

Hoy en día la noche de Halloween es una de las principales fiestas de Estados Unidos y Cánada así como de Inglaterra que ha vuelto a recuperar su tradición. Las numerosas series y películas americanas que muestran a los niños por los barrios disfrazados hna conseguido que poco a poco esta festividad se extienda por el resto de países, como ocurre en España, una tradición especialmente popular entre los niños y jóvenes.