La situación de extrema gravedad del sector primario concilia siglas y retos

En el campo leonés, en la representación sindical y colectiva, se han dado batallas íntimas entre sectores, corrientes, colaboradores; entre siglas fundadas en la izquierda y las que defienden postulados conservadores; hubo, hasta hace nada, cruces de declaraciones a cuenta de una posición de firmeza frente a una organización común de mercado de cualquiera de los productos a los que la Unión Europea ha puesto el corsé de las cuotas. Batallas güeras para el objetivo que realmente subyace en toda organización: salvar el sector al que representan. En eso parece que están ahora involucradas Ugal, Asaja, Ucale y UCCL, que sólo con una postura unitaria han sido capaces de juntar en la misma convocatoria a casi toda la pirámide poblacional a la que representan. No quedan lejos aquellas mañanas en las que la llamada llevaba membrete de una sola organización y en el vestíbulo de la Junta llegaban a hacer grupo hasta una veintena de campesinos.

Nada que ver con el gentío que ayer encauzaron las calles leonesas, que fue testigo de un sello de unidad que ratificaron todos los líderes de las organizaciones agrarias. El ejemplo de León va a cundir en otros territorios. «A la fuerza ahorcan», reconocieron junto al fin de marcha quienes han sido testigos de la oscilación de las siglas y la pervivencia de los proyectos y la gente. «Unidos seguiremos por el bien del sector, para salir juntos del atolladero», prometieron.