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nuria gonzález | león
León

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El congreso nacional de Rebiun analiza en León estos días los retos a los que se enfrentan las bibliotecas universitarias con la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Algo en lo que hizo hincapié uno de los miembros del comité ejecutivo de Rebiun, Víctor Sanz, que destacó que las bibliotecas tienen que ser mucho más que salas de lectura o estudio. Abogó por dejar atrás la ideas de estas instalaciones «como lugar antiguo de gente antigua». De hecho, apostó por convertir a las bibliotecas universitarias en lugares «en los que pueden hacer tareas que hasta hace unos años nadie podía imaginar» basándose en la implantación de los modelos americano y anglosajón. «Deben de ser lugares de trabajo dónde la enseñanza sea activa», indicó Sanz.

Por su parte, la vicerrectora de Campus de la ULE, Victoria Seco, insistió en esta idea y recalcó que el EEES implica «más horas de trabajo autónomo del estudiante, lo que implican que harán un mayor uso de las bibliotecas que deben de ser el soporte de la enseñanza y el aprendizaje».

Cambio de modelo. Durante la reunión se presentó la memoria anual de la actividad de todas las bibliotecas universitarias. Uno de los datos más destacados es que el incremento de la inversión en compra de información digital ha sido sostenido aunque en el último año se ha triplicado con respecto al gasto del 2003. El promedio de gasto por usuario ha pasado de 6 a 26 euros en tan solo seis años. Un incremento debido a la apuesta de las universidades en la compra de recursos electrónicos, algo que se ha incrementado en un 30%. Un aspecto que constituye la base del cambio en el modelo de biblioteca al que poco a poco están accediendo las universidades. De hecho hay que señalar que el porcentaje de documentos descargados en repositorios de instituciones Rebiun es del 78%, lo que explica por qué en estos repositorios se encuentra el material que los profesores recomiendan a los alumnos, además de la producción científica de cada institución.

A este respecto, también hay que destacar que, según los datos de Rebiun, hay un cierto estancamiento en el número de préstamos domiciliarios en las diversas bibliotecas universitarias españolas. En cuanto al número de estudiantes por puesto de lectura ha experimentado una evolución positiva en el último año. Las bibliotecas universitarias abren una media de 70 horas a la semana y el objetivo siguiente será la apertura en fines de semana.

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