El maquinista del tren de Villada defiende que falló el sistema de avisos

El leonés que conducía el tren que descarriló en Villada, Palencia, en agosto del 2006 puso de manifiesto ayer en el juicio en el que figura como único acusado, que el sistema de avisos falló, al percibir sólo una señal verde de vía libre con precaución, por lo que redujo la velocidad del convoy «mínimamente», con anterioridad al accidente ferroviario en el que fallecieron siete personas y otras 95 resultaron heridas de distinta consideración.

J.L.P.G., natural de León, sostuvo en la jornada inicial de la vista oral -”que continuará hasta el viernes con numerosas pruebas testificales y periciales-” que «no siempre» la indicación de la señalización visual y acústica en la cabina de mando «se corresponde con lo que luego se ve en las balizas situadas en las vías». El acusado, durante 50 minutos, narró que salió de la capital leonesa 40 minutos antes sin incidencias, a una velocidad media programada de 150-160 kilómetros por hora.

Según su declaración, la estación de Villada es considerada especial para los maquinistas, ya que está en pendiente y por ello se tiene que prestar mayor atención. «Como ví la señal avanzada en tono verde reduje de 130 a 125 kilómetros por hora la velocidad para entrar en curva. Luego, poco antes de llegar a Villada, me percaté de que había cambio de agujas e intenté una frenada rápida para parar el tren, pero la fuerza me tiró al suelo y no puede hacer nada más», explicó. La versión del conductor prosiguió y éste aseguró que el sistema informático de seguridad «recogió por error» las pulsaciones de reconocimiento de señales sin haberlas hecho, «algo que ya se ha producido en otras ocasiones». Junto al único acusado, también declararon ayer los ocho principales testigos del Ministerio Fiscal, entre agentes de la Guardia Civil -y técnicos de seguridad y circulación del Adif.

1397124194 Versiones contrapuestas. El gestor de circulación de Adif indicó que no es habitual que se realice un aviso complementario de un cambio de agujas por radiotelefonía al maquinista, salvo las señales luminosas y acústicas recibidas en la cabina de mando. «No pudo haber un fallo en el sistema de control banalizado, ya que quedó registrado en una cinta que hubo reconocimiento de las señales avanzadas. De no ser así el tren se habría detenido solo y si hubiera alguna bombilla en mal estado quedaría reflejado en el panel», sostuvo.

No obstante, el testigo recordó que cuando recibió una llamada de emergencia del maquinista, lo primero que éste le preguntó es cómo estaba la señal avanzada. Al contestarle que se encontraba en amarillo y con máxima precaución, el conductor le dijo textualmente: «Yo he visto la señal en verde y siempre con vía libre, te lo juro. Madre mía, madre mía-¦-¦».

Otros dos testigos, responsables de seguridad de Adif, apuntaron que el accidente se produjo por un exceso de velocidad al paso del cambio de agujas en las vías, a la entrada de la estación de Villada, sin descartar por ello que pudieran existir posibles averías en los sistemas de seguridad, «pero no en la recogida de los datos grabados sobre reconocimiento de señales». «Hay fallos en las máquinas pero también en las personas», subrayó uno de ellos.

Penas. El fiscal solicita una pena de dos años y seis meses de prisión para el maquinista como supuesto responsable de siete delitos de homicidio imprudente, causados por imprudencia grave profesional, además de 95 delitos de lesiones imprudentes -”que se reducen a 79 al haber sido ya indemnizadas 16 víctimas antes del juicio-”. La defensa proclama la inocencia del maquinista.

La acusación pública ha solicitado también para el maquinista del tren procedente de La Coruña-Vigo con destino a Hendaya-Irún, en el que viajaban 426 personas, inhabilitación para ejercer su profesión por espacio de cuatro años y medio.