Llorente: «No vamos a ser sucursal de nadie, menos de la UGT regional»

Otra cuestión que incomoda y obstaculiza la planificación de la Unión de Ganaderos y Agricultores de León: la estructura orgánica de la UPA, a modo de federación agraria de la Unión General de Trabajadores, con la que comparte este establecimiento directivo. «Ugal no es una sucursal de nadie, y menos ahora que la representación provincial del sindicato matriz se ha quedado como una mera prolongación de la dirección y la estructura regional. Nosotros no vamos a ser sucursal de nadie, y menos de la UGT regional», explica Matías Llorente entre la relación de objetivos que marcan el abismo que advierte entre Ugal y la UPA. Profundo, se nota. Hasta en posturas claves que afectan al desarrollo rural. «Desde la estructura federal se secundó la propuesta de abandono del cultivo de remolacha en contra de nuestros intereses; ya vemos donde está ahora cada uno; hablan por nosotros en una mesa y firman lo contrario a nuestra postura», amplió Llorente, que advierte de un problema de representatividad. «No nuestro, precisamente; Ugal suma en la provincia el respaldo que necesita la UPA para estar en las mesas sectoriales a nivel de Castilla y León. Hace falta ya una fusión, que vaya más allá de los comunicados conjuntos», dice en referencia a la alianza sindical que ha aproximado a la Coag a un punto de preponderancia en un mapa sindical más real.