Diario de León

Entrevista | marc viader | abogado, juez y ecologista

«El cielo abierto es pan hoy y hambre mañana»

Marc Viader.

Marc Viader.

León

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Marc Viader vivió durante años muy vinculado a León. Entre 1985 y 1994 llevó el caso del accidente de Combustibles de Fabero (ocho muertos y 30 heridos), conoció a los activistas verdes leoneses en la lucha de Riaño y las cielos abiertos.

-¿Por qué aún con Ecocupido?

-No se puede perder el recuerdo de un activismo a favor de la ecología que protagonizan los jóvenes en la década de los 80 y principios de los 90. Ellos se adelantaron, arriesgando mucho, a un pensamiento que hoy parece de lo más normal. De no haber sido por lo que lucharon en España estaríamos muy atrás. Como ejemplo, en el tercer congreso que celebran Los Verdes a finales de los 80 ya se denuncia la agresión inmobiliaria. Un miembro de Los Verdes publica un artículo titulado: -œYo, el planeta tierra, te pido ayuda-, clara advertencia de lo que hoy se ventila en Copenhague.

-El movimiento ecologista tenía razón, pero no triunfó. ¿Por qué?

-Como dice Octavi Piulats en el prólogo, el libro es la historia de un fracaso porque no se consiguió crear un movimiento verde político fuerte e independiente, pero desde el punto de vista social ha sido un gran éxito. Tener razón antes de tiempo no puede valorarse como un error sobre todo cuando hoy son los niños los que enseñan a sus padres a reciclar. Los Verdes fueron fagocitados por los partidos establecidos, cosa que no ha ocurrido por encima de los Pirineos. También jugó en contra de Los Verdes la permisividad legal para usar este término. Fue un problema grandioso que se fomentó desde el poder porque convenía. En una parte del libro se comenta cómo aquí, en León, el entonces joven político José Luis Rodríguez Zapatero fundó un grupo en defensa de la naturaleza porque el PSOE tenía la necesidad de salir al paso del gran empuje del activismo ecologista.

-Un PSOE que en León apoyó el cierre del pantano de Riaño. ¿Aparece esto en su libro?

-Riaño, donde conocí a Ramiro Pinto, la minería a cielo abierto, Omaña, que no se llegó a hacer - y muchas cosas más aparecen en el libro. En León el activismo ecologista de aquellos años me merece un gran respeto y tuvo mucho significado.

-¿Hasta dónde se puede mantener el discurso verde cuándo está en juego la supervivencia de una provincia, como ocurre con el carbón?

-Hay que mantener una presión y decisión constante por defender la naturaleza. La organización económica conlleva esas dificultades pero hay que continuar para no ir atrás. Me abruma la minería a cielo abierto: es pan para hoy y hambre para mañana. Es muy difícil el engarce del mercado con la defensa a ultranza de la naturaleza.

-¿La ley de economía sostenible puede traer esa sociedad a la que aspiraba el ecologismo?

-Esa ley proviene del PSOE pero se contradice con disposiciones como el margen de 40 años a las nucleares. ¡Qué diferente sería esto si hubiera un Pepito Grillo (partido Verde).

-¿Quiere decir que con lo verde se hace marketing político?

-Sí, se emplea la expresión sostenible para todo, incluso a veces para cosas que suponen todo lo contrario.

-¿Hay algún ecopolítico?

-Alguno habrá- No me atrevo a decir un nombre. Hubo una ministra de Medio Ambiente (Cristina Narbona) con más elementos de ecopolítica que lo que hay ahora.

-¿Está madura medioambientalmente una sociedad como la leonesa en la que la basura es un problema sin resolver?

-Hay que estar constantemente aprendiendo. Como decía Aranguren, la democracia es un más allá al que tenemos que acceder constantemente. Hay todavía mucho por hacer.

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