Areces amenaza a León si no permite hacer la Sama-Velilla

Con el tema a punto de entrar en los juzgados, si el Gobierno se atreve a publicar la declaración de impacto ambiental, el presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, se adelanta para proponer un chantaje, según recogía La Nueva Asturias de una entrevista concedida a la Cadena Ser. El líder socialista advierte de que si León no permite el paso de la línea de alta tensión Sama-Velilla, que marcaría 88 kilómetros de montaña leonesa, su administración se opondrá al paso por los valles asturianos de la línea de evacuación eléctrica de Boimente. Un trazado definido por Pesoz, Tineo y Grado que da salida a la producción de los parques eólicos gallegos y que debería buscar un itinerario alternativo por Villablino.

Areces avisa de que no va «a permitir la evacuación» de Boimente «si no se resuelve previamente la que se está produciendo hoy de la generación eléctrica asturiana», en referencia a la Sama-Velilla, y explica que «si lo hacen por Villablino, como la prioridad es de las renovables, pondrían en cuestión la propia evacuación de la energía de León y de la energía convencional que tienen sobre todo en la comarca del Bierzo, de Ponferrada». «Sería enormemente perjudicial para la garantía del suministro no sólo de Asturias, de León, de Galicia, sino de toda España», auguró el presidente del Principado.

El argumento de la necesidad de suministro calca lo que ha repetido Areces para la Sama-Velilla, pero se encuentra con una realidad en la que el PP asturiano, al que acusa de hacer una política de «tierra calcinada», ya se ha opuesto al proyecto. Abunda en las trabas el parón de tres de la docena de centrales eléctricas de ciclo combinado previstas: sólo una está en marcha, otra en obras, tres aparcadas y el resto sin alumbrar. Por si acaso, el presidente del Principado se ha aprestado a decir que «la regasificadora», que justificó la ampliación del puerto del Musel, «es imparable» y no está condicionada a los ciclos combinados». Todo suma un paquete energético en el aire que justifica para el político socialista avasallar a la montaña leonesa.