«La prueba de la despolitización del colegio ha sido la candidatura única»

-¿Qué sensación le deja el hecho de haber revalidado su cargo como decano sin necesidad de pasar por las elecciones?

-No sé si será la primera vez en la historia del colegio que ocurre algo así, pero lo que sí tengo claro es que hacía muchísimos años que no ocurría algo similar. Cuando la Junta de Gobierno renovó la mitad de los cargos hace dos años, ya se presentó la candidatura oficial y no hubo candidatura en contra. Era un síntoma de que en esos dos primeros años de legislatura, la abogacía leonesa estaba contenta. Posteriormente en las elecciones a Decano, no se recuerda que no haya habido por lo menos dos candidatos. Cuando se eligió a Juan González Palacios hubo consenso, pero el hecho de que un colegio tan político como este no haya tenido más que una candidatura es señal inequívoca de que el colectivo marcha unido, de que se han eliminado las diferencias que había y se han fijado objetivos estrictamente profesionales. Si la Junta de Gobierno no marcha bien es que el Decanato no va bien y comprobar que está sucediendo lo contrario, a mí me enorgullece.

-A las candidaturas que se presentaron a las anteriores elecciones se les colocó la etiqueta de un color político determinado inmediatamente. Sin embargo da la sensación de que el funcionamiento cotidiano del Colegio ha eliminado esas distinciones. ¿Ha sido así?

-Lo hemos conseguido a base de ser neutrales. La mejor muestra ha sido la elección del padrino de honor de todos los años. Siempre es una persona ilustre y de tendencias de lo más variopinta. Cuando yo llegué, la anterior Junta de Gobierno ya había elegido a José Luis Concepción, presidente del TSJCyL. Después yo elegí a Cristina Almeida. Al año siguiente vino Mario Amilivia. El posterior fue José Antonio Alonso y este año se ha traído a Antonio Silván. Siempre se busca a ser posible leoneses de prestigio, por encima de las tendencias políticas y lo que queremos es hacer un enfoque únicamente profesional.

-De los cuatro primeros años en el cargo ¿qué es lo que más le ha satisfecho?

-La compra de los nuevos locales, porque han quedado preciosos y muy funcionales. Me gustan los de Ponferrada también, pero León necesitaba dependencias más funcionales que las que tenía. Aquí no había un edifico emblemático, sino un edificio que se ha decorado con mucho gusto y gran dedicación de arquitecto y decoradores. Eso en el plano material. En el de lo moral, estoy muy orgulloso de la unión que se respira y de que los acuerdos se adopten casi por unanimidad. Vas a las reuniones y aunque haya gente crítica, se hace de forma constructiva y por el bien de todos. En estos cuatro años hemos hecho un convenio con el Catastro y somos un punto de información. Se ha firmado un convenio con la Universidad de León, hemos creado el Centro de Estudios especializados en Práctica Jurídica, que es muy importante, y vamos a ser de los primeros de España de cara a la Ley de Acceso en el 2011, que exige que todos los licenciados den Derecho que quieran ejercer tengan que capacitarse a través de un centro de estas características. Celebrar el Congreso de la Abogacía de Castilla y León en Ponferrada también me llenó de satisfacción y fue un hito histórico. Ponferrada ha sido un punto pionero en la libre elección de abogado del turno de oficio y se está siguiendo la evolución en el resto del país. Se firmó un acuerdo con la Universidad Nacional de Educación a Distancia, la creación de la Comisión Mixta de la Justicia.

-¿Qué proyecto estelar le pide al mandato que ahora comienza?

-Lo iré viendo en el día a día. No hay un gran objetivo prefijado. Tenemos una gran relación con todos los estamentos de la Justicia, que queremos mantener. Lo único que echo en falta son los nuevos Estatutos. Hay un recurso presentado ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo que lo admitió a trámite en su día, por lo cual nos estamos rigiendo por los anteriores estatutos. Queremos unos estatutos con el mayor consenso posible y que cuando se analicen, si no hay unanimidad, sí que haya un apoyo muy amplio, para evitar fricciones que derivan en malas cosas.

-¿La Oficina Judicial beneficia también a los abogados?

-Todo lo que sea modernizar la Justicia beneficia a los abogados. El problema de los retrasos no es culpa de los jueces ni de los funcionarios, sino de la organización. El Consejo General de la Abogacía entiende que los jueces son independientes y competentes pero muchas veces hay colapso y eso es debido a la falta de la organización adecuada. Telemáticamente hemos dado un gran paso con Lexnet y eso agiliza mucho el trabajo. Creo que la Oficina Judicial va a permitir distribuir mejor la carga de trabajo.

-El turno de oficio y los abogados jóvenes siempre han sido sus grandes preocupaciones. ¿Las mantiene todavía?

-La Constitución solamente se refiere varias veces a una profesión en su texto y esa es la abogacía. Un capítulo importante es la defensa a través del Turno de Oficio. Con las transferencias, algunas comunidades quisieron dar esa competencia a despachos profesionales y hubiera sido un error porque tenemos grandes profesionales para llevar el turno de oficio. Cómo será que un licenciado puede acceder al Tribunal Supremo al día siguiente de colegiarse, pero para acceder al Turno de Oficio, necesita tres años de colegiación y superar un examen de aptitud, además de cursos de reciclaje y formación permanente. En el 99% de los casos, el abogado de oficio hace un trabajo perfecto. Respecto a los jóvenes, creo que están funcionando muy bien. Ahora disponen de tales medios en el colegio que no necesitan gastarse un duro después de colegiarse porque tienen todos los medios a través de nosotros.

-¿Cuánto va a afectarles la Ley Ómnibus?

-Bastante. La Ley Paraguas y la Ley Ómnibus me preocupan mucho porque aunque todavía hay que desarrollarlas, van a suponer un cambio muy importante.