Más de 10.500 comercios minoristas forman el sector en la provincia

El sector del comercio está aguantando la crisis con fortaleza y manteniendo el empleo, según el presidente del Consejo Leonés de Comercio. «Con muchas dificultades, como todo el mundo, pero confiando en nuestros potenciales y aplicando lo aprendido».

Por ejemplo, a la hora de hacer pedidos y compras. «El principio de la crisis y el frenazo del consumo nos pilló con grandes pedidos realizados. Ahora vamos poco a poco, ajustándonos a la demanda».

El caso es que, según los datos del último Anuario Económico de La Caixa, en León había en el 2008 10506 comercios minoristas. En realidad, 501 menos que un año antes, y rompiendo la tendencia al crecimiento de los últimos ejercicios.

Alfredo Martínez considera que, al margen de algunos casos en los que la crisis ha obligado a cerrar, la mayor parte de los cierres se debe a jubilaciones y cambios de actividad. Son, en todo caso, casi 300 negocios más que al inicio de la década.

Lo que sí han crecido son las actividades comerciales mayoristas en el último periodo: entre el 2003 y el 2008 un 8,8%, hasta llegar a los 1.849. En ese mismo periodo el comercio minorista creció, pero de manera más contenida: un 3,8%. Ahora el sector mira con preocupación la adaptación del comercio a la directiva de liberalización de servicios europea. «La liberalización total siempre hará resentirse al sector, pero debemos seguir en la línea de la especialización y la atención al consumidor. Esa es nuestra fortaleza», afirma Martínez, que asegura que el comercio tradicional «no puede estar de espaldas a los nuevos formatos comerciales, pero sí debe hacerles frente con las que son sus mejores armas». El representante del pequeño comercio provincial considera que en muchas zonas la oferta está ya saturada, pero en cualquier caso considera que las grandes superficies «se hacen competencia sobre todo entre ellas.

No cabe duda que afectan a toda la actividad comercial, pero nuestra oferta tiene que ser otra». Reconoce, en cualquier caso, que la normativa internacional hay que aplicarla. «Y no se pueden poner puertas al campo».