Los Velado Graña se mudan a Madrid tras décadas de servicio a la diócesis

Termina toda una época en Astorga. Los sacerdotes Bernardo y Hortensio Velado Graña abandonan la ciudad para instalarse en una residencia de Majadahonda (Madrid), propiedad de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, de la que es miembro el segundo, que está a punto de cumplir 93 años de edad. «Dejamos aquí el espíritu y el alma, pero nos tenemos que marchar», explicaba ayer Bernardo Velado, de 87 años.

«Queremos buscar un poco de retiro, y aquí hay actividades múltiples de las que es difícil liberarse», aclaraba ayer el menor de los hermanos, que añadía: «Buscamos también la atención que necesitamos. Hace tiempo que yo voy un poco a la sombra de mi hermano. Él lleva la casa y también va flaqueando su salud, aunque está muy ágil».

«No queremos despedidas, porque son muy dolorosas. Nosotros somos muy astorganos y nos cuesta mucho el arrancarnos», añadía Bernardo Velado, que solicitaba a Diario de León: «Escriba usted que guardamos mucho cariño y gratitud a toda la ciudad, pero que nos dispensen de decir adiós». «Estamos tan agradecidos a todos que tendríamos que decírselo a uno por uno, y no puede ser», matizaba el menor de los hermanos en una afirmación con la que también mostraba su conformidad el mayor.

Bernardo Velado nació en Lois (León) pero se trasladó con seis años a Astorga, donde ha permanecido toda su vida con excepción de su paréntesis universitario en Salamanca. Deja con su marcha, entre otras responsabilidades, la dirección del museo de la Catedral. «Ya entregué todo», precisaba ayer a este respecto. El menor de los hermanos es también delegado episcopal de liturgia y canónigo maestre escuela del primer templo de la diócesis, al tiempo que ostenta el cargo de prelado de honor de Su Santidad -”que lleva aparejado el tratamiento de Monseñor-” y recibió el título de Hijo Adoptivo de Astorga.

Roma. Por su parte, Hortensio Velado nació en Alija del Infantado (León) y se trasladó con diez años a Astorga. Durante su carrera sacerdotal ocupó diversos destinos, en Roma, Valencia, Burgos, Toledo o Salamanca. «Estuvo en numerosos seminarios como formador», explicaba su hermano, hasta que en 1968 se instaló de forma definitiva en la ciudad. «Vino a abrir un colegio en León y se quedó en Astorga», aclaró Bernardo Velado, que enumeró entre las responsabilidades de su hermano también las de delegado de vocaciones y capellán del complejo Cosamai. El rumor de la marcha de ambos, prevista para este viernes, corrió como la pólvora en las últimas horas por la ciudad. La decisión de los dos religiosos causó gran sorpresa en determinados círculos ciudadanos, por lo inesperado de ella.