De refranes y borricos

Ni las previsiones de un tiempo desapacible fueron capaces de deslucir la fiesta patronal de Las Grañeras, que celebró ayer san Antón. La lluvia, presente a lo largo de la mañana, estuvo acompañada, sin embargo, de una agradable temperatura, que sólo obligó a los asistentes a utilizar el paraguas, algo normal en esta época del año.

Los dulzaineros fueron los encargados de sembrar las notas para crear el adecuado clima festivo y acompañar en todo momento los actos programados, que anunciaban con sus interpretaciones y alegres pasacalles.

No fueron muchos los vecinos que acudieron a la bendición de animales y mascotas, de la que se encargó, igual que del resto de las celebraciones religiosas, el párroco de la localidad. Sin embargo, la afluencia de público creció en la procesión del santo y el clamor popular creció en el momento de leer el refranero ante la imagen y la subasta del ya tradicional ramo de roscas.

Dos borricas, Violeta y Manivela, acompañada según el refranero por su compañero de pasiones, el borrico El Tuercas, siempre bajo la atención y cuidados de sus propietarios, desplazados desde la vecina localidad de Villamuñío, fueron sin duda auténticos protagonistas presentes en el ambiente festivo.

Leonis Mencía, el último trovador de campos, como es conocido, mostró con su presencia su fidelidad a esta celebración. Su figura es todo un mito en esta celebración, a la que asistirá mientras la salud se lo permita. El trovador hizo hincapié en el acontecimiento titulado La burra de Jonás , basado en una borrica de la localidad de Villamuñío, que un buen día decidió dar rienda suelta a sus ganas de aventura. Una vez fuera de la huerta, donde su propietario la guardaba a diario, recorrió los montes y páramos del contorno durante días, para aparecer en Castellanos, en el paraje conocido como fuente Colobra, arrimada a otro borrico, con el que, durante las jornadas de ausencia, disfrutó de todo tipo de celebraciones. Fue entonces cuando Jonás dijo de Violeta ser «un animal valiente, convulsivo a la vez que inteligente, ganándose en este año el recuerdo de aquel refranero que desde entonces se conoce como la Burra de Jonás».

La pedanía pagó el aperitivo. Por otra parte, la junta vecinal, ofreció al final de los actos de la mañana un tentempié para todos los presentes, en las escuelas viejas, acondicionadas para el acto. Al concluir los refranes, la cofradía del santo subastó el tentador ramo de roscas, sin duda todo un buen motivo para compartir la fiesta del patrón.