Tradición rota | armando medina
Ellas también ponen capa y sombrero
Las mujeres entran en la cofradía de San Antón de Laguna de Negrillos
Un niño ataviado con la capa y el sombrero, ayer en Laguna de Negrillos.
Los tiempos están cambiando en todos los ámbitos de la vida. Lo que hace que costumbres y tradiciones que hace pocos años parecían inamovibles, ahora se rompan con total normalidad. Es lo que ha ocurrido este fin de semana en Laguna de Negrillos. Por primera vez en sus casi 500 años de historia la cofradía de San Antón ha admitido como cofrades a mujeres, que ayer se pusieron la capa y el sombrero, señas de identidad de la agrupación, como un miembro más.
La cofradía se fundó allá por el año 1537 y desde entonces sólo habían podido pertenecer a ella hombres descendientes de siete apellidos históricos de la villa: Fernández, Valencia, López, dos ramas de Rodríguez, Sánchez y Cardo, aunque los dos últimos se han perdido por falta de descendencia.
En sus orígenes, y a lo largo de los siglos, la principal actividad de la cofradía ha sido la celebración de su fiesta para honrar al patrón San Antón, durante la cual se bendecían los animales, principalmente burros. Ayer apenas dos perros y una tortuga fueron llevados por sus dueños para recibir el agua bendita. También en esto los tiempos han cambiado.
Lo que no se ha perdido es el fervor religioso con el que los cofrades asisten a cada uno de los actos programados.
La fiesta se inició el sábado con el rezo de las vísperas. Pero el acto central tuvo lugar ayer en la iglesia del Arrabal. Momentos antes de la una de la tarde todos los hermanos se reunieron a las puertas del templo para después de que el cura procediera a la bendición de los escasos animales presentes, dar inicio a la misa con la ermita totalmente llena.
Igualdad también entre niños. En la actualidad la cofradía cuenta con 34 hermanos y 14 nuevas hermanas. La presencia de mujeres, como ha quedado reseñado, es un hecho histórico que se ha producido en aras a fomentar la igualdad entre hombres y mujeres también en este ámbito de la vida.
Tras la celebración de la eucaristía, se procedió a la tradicional subasta de tartas, roscas y dulces donados por los vecinos, que tradicionalmente ha servido para financiar a la hermandad.
Todo, pues, transcurrió con total normalidad y en un ambiente festivo. Como dato curioso, señalar que dos niños (también niño y niña) se atrevieron también a ataviarse con la capa y sombrero, como una señal de que la agrupación tiene su futuro garantizado.
Con la aceptación de mujeres, la cofradía de San Antonio Abad de Laguna de Negrillos rompe así con un tabú y se adapta a los tiempos. Los rostros de las caras de ellas reflejaban satisfacción y alegría porque sabían que estaban siendo las protagonistas de un hecho histórico.