El Órbigo te habla, escúchale

Uno de los principales recursos tanto económicos, como medioambientales y turísticos con los que cuentan en este nomento las zonas rurales son sus ríos. En concreto, el Órbigo, uno de los cauces trucheros más importantes del territorio nacional, es fuente de riqueza y parte de las vidas de los habitantes de las localidades por las que discurren sus 162 kilómetros de longitud. Por este motivo, la conservación de su ecosistema fluvial, como marco de un desarrollo sostenible, tiene que ser responsabilidad de todos. Sobre este principio se basa el proyecto denominado «Voluntariado Río Órbigo», presentado por la asociación CIBYA (Control de los Incendios Forestales, el fomento de la Biodiversidad, y la promoción de la Investigación Ambiental) e impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, a través de la Confederación Hidrográfica del Duero. Este programa se enmarca dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de los Ríos (ENRR), cuyo fin es la recuperación de las masas fluviales a través de programas de voluntariado. Por este motivo, todas aquellas personas que estén dispuestas a dedicar parte de su tiempo a mejorar el estado del Órbigo, y de paso aprender su dinámica fluvial, sus valores ambientales, sociales y culturales, y además adentrase en las técnicas de análisis e investigación de especies y amenazas, ya puede inscribirse en este programa, destinado a escolares de primaria y de secundaria, y también a las personas adultas que quieran sellar con esta actividad su compromiso con el medio ambiente. El programa se centra en cuatro líneas de actuación, pertenecientes al tramo medio-alto del río, ya que es en esta zona donde más impactos y presiones ha sufrido el a lo largo del tiempo. La primera zona de actuación será Carrizo, con la colaboración también de llamas de la Ribera y Villanueva de Carrizo. La segunda será Santa Marina del Rey y Benavides de Órbigo, la tercera Hospital de Órbigo y la cuarta La Bañeza. En cada localidad se organizarán grupos de adultos, compuestos por entre 20 y 30 voluntarios, que desarrollarán sus actividades en sábado o domingo, y uno o varios grupos de escolares, de primaria y secundaria, que actuarán dentro de su horario escolar. Todos los grupos estarán a cargo de dos educadores ambientales. El programa se desarrolla en dos fases. La primera, en la zona de La Bañeza, se ha llevado a cabo en enero y continua en febrero. La segunda, en Carrizo, Santa Marina del Rey y Hospital, se ejecutarán de febrero a mayo. Las actividades que se llevarán a cabo en estas fases comprenden el curso de formación, el análisis de la calidad del agua, una ruta interpretativa, jornadas de diagnóstico, encuestas informativas, limpieza de residuos, tratamiento de la vegetación, concurso de dibujo y acto de clausura.