Diario de León

El alcalde entrega el mando ante el arrojo de todas las águedas

Las mujeres amenazaron al regidor con remojarlo en el río si no les cedía la vara

Foto de familia de las águedas en la escalera consistorial

Foto de familia de las águedas en la escalera consistorial

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maite almanza | la bañeza
León

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«Venimos en son de paz, y le pedimos al señor alcalde que nos deje gobernar», aseguraron ayer las águedas de Santa María durante la celebración del día de su patrona. Sin embargo, las mujeres no estaban dispuestas a arriesgarse a una negativa, así que con sus coplas, en las que se lamentaron por la desaparición de algunos de los elementos típicos de la plaza Mayor durante las obras de ésta, señalaron: «Ya no podemos, alcalde, si usted no nos da el bastón, remojarle en la fuente, porque alguien nos la quitó. Pero no se alegre, habrá otro sitio para remojarle: ¡tenemos el río!». Insistiendo, por si no había quedado suficientemente claro, las mujeres le cantaron al regidor: «No sea remolón, entregue la vara o al charco le tiramos donde están las ranas», al tiempo que le advirtieron de que el castigo incluía la preparación culinaria de las famosas ancas. El águeda mayor 2010, Dorita Carracedo, que releva en el cargo a Nieves Palacio, le pidió al primer edil «Como si fuera un tesoro lo cuidaré, cuando termine este día el bastón de mando le devolveré».

El regidor, José Miguel Palazuelo, aguantó estas advertencias y peticiones con una imborrable sonrisa. Explicó a las águedas: «Cuando terminen las obras tendréis una plaza Mayor mucho más hermosa. Habrá árboles, encinas, fuente, y habrá un espacio para vuestros bailes en las Águedas del 2011».

«Todo el año». Después, ya entrando en materia, les espetó: «Hace años decidisteis acudir al ayuntamiento con vuestras mejores galas a pedir el bastón de mando, y todavía no ha llegado un alcalde que os lo niegue. Desde luego, yo no voy a ser el primero». Palazuelo consideró, al contrario de lo que afirmaron las águedas, que «las mujeres mandan todo el año, y los hombres que están escondidos detrás de la puerta lo saben», dijo en referencia al acceso al salón de plenos. El alcalde recordó los avances del colectivo femenino en los últimos años, aunque no los consideró suficientes en ciertos ámbitos. «Por eso era necesaria una ley de igualdad», dijo.

Una vez conseguido su objetivo, las águedas entonaron «Gracias alcalde, ha sido muy bueno; ya nos dio la vara José Palazuelo». El acto, que incluyó el relevo de Eva Palacio por Eugenia González en el puesto de águeda de honor, finalizó con bailes y una misa.

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