El cementerio de Huerga de Frailes sólo tiene espacio para una tumba más
La junta vecinal ofrece los terrenos y parte de la financiación para construir un camposanto y solicita al alcalde «que pida la ayuda para cubrir el resto del gasto»
Aspecto del cementerio de Huerga de Frailes, situado junto a la parroquia del pueblo.
Con más de doscientos años, pegado a la iglesia, en el centro del pueblo, sin pasillos entre las sepulturas, al cementerio de Huerga de Frailes sólo le queda espacio para construir un enterramiento más, explica el presidente del pueblo, Jesús Ramos Natal, que reclama la construcción de un nuevo camposanto para la localidad, en el municipio de Villazala.
La dificultad para moverse entre las tumbas obligó a abrir una segunda puerta, en la tapia trasera, para evitar complicados traslados de los féretros durante los entierros. Además, el recinto muestra deficiencias como la preocupante inclinación de parte de su muro norte.
Cuenta Ramos Natal que el caso del cementerio de Huerga de Frailes «se ha denunciado ante Sanidad, la Subdelegación del Gobierno y el Procurador del Común», institución, esta última, que en noviembre resolvía que el Ayuntamiento de Villazala realice «las labores de limpieza, mantenimiento y acondicionamiento que resulten necesarias para la prestación del servicio público [...] o bien se requiera su realización al titular de dicha infraestructura [...] Que se garantice por parte del Ayuntamiento la posibilidad de realizar enterramientos en dicho cementerio hasta que se ejecute la nueva infraestructura».
El cementerio es propiedad de la Diócesis de Astorga, peculiaridad que no es óbice, según la resolución del Procurador del Común, para que el Ayuntamiento de Villazala cumpla las obligaciones que le imponen la Ley de Bases de Régimen Local -”exigir el cumplimiento del servicio a su titular o implantarlo por omisión de su cumplimiento-” y el Decreto 16/2005 de Policía Sanitaria y Mortuoria, que establece la titularidad del servicio público de cementerio, la organización de éstas instalaciones y las obligaciones de limpieza y mantenimiento.
El primer proyecto, en 1990. Jesús Ramos señala que la pedanía «encargó un proyecto de cementerio nuevo», firmado en 1990 por un arquitecto de León capital, con el fin de solventar un problema «en el que se ha insistido siempre».
En la actualidad, la gestora que gobierna la junta vecinal «dispone de un nuevo proyecto para construir un cementerio y cederíamos el terreno en el que se construiría. Además, existen ayudas de la junta por la que sufragan hasta el 70% de la inversión en estas infraestructuras», manifiesta Ramos, para quien llevar este tema a la prensa «no significa ir contra el alcalde. No le culpo de la situación, sólo le pido, como los vecinos, que haga todo lo posible en este asunto, porque la junta vecinal no puede concurrir a estas ayudas».
Ramos, que preside la gestora desde agosto, aseguró que la pedanía se hará cargo «del 30% del coste que no cubra la subvención».