Reportaje | A. Domingo
La imaginación a la calle
La caravana de color tardó más de hora y media en salir y se retiró sobre las nueve de la noche
Mucho desfile en La Bañeza: cincuenta y cinco grupos -"en principio, se esperaban cuatro menos-", diecisiete charangas, seis carrozas, trece vehículos con sonido -"entre ellos, el transbordador especial, y dio bien, especial, Apelo 13, rotulado con la «e» característica de los planes del Gobierno contra la crisis-", además de un burro con carro y sonido y de una ducha para el Baño Xacobeo.
A las cinco y diez de la tarde se comenzó a dar salida a los grupos, labor que finalizaba poco antes de las siete menos cuarto de la tarde. El gran desfiles se encontraba entonces completamente desplegado, y en las calles, bastante gente para ver pasar esa especie de sueño de la razón en la que se convierte la ciudad por carnestolendas. Como cambio de última hora, cabe destacar la decisión del Ayuntamiento por retomar el recorrido habitual, por la plaza Mayor, a pesar de las obras. Se hizo corto el recorrido alternativo del domingo, por lo que los grupos pidieron al Ayuntamiento recuperar el histórico. El único problema que presentaba la decisión lo representaba la posibilidad de que la lluvia convirtiera en barro el relleno de las zanjas abiertas en la plaza del Ayuntamiento, pero hubo suerte y no cayó una sola gota.
El grupo más numeroso, con 205 pequeños pollitos, fue Tecnomusic, que cerraba la comitiva de la juerga, con un camión con bebederos y bien de paja, como mandan los cánones de las mejores explotaciones avícolas. Entre una hora y hora cuarto a pie quieto aguantó el público para ver pasar la mascarada
Ilusionada y nerviosa se mostraba la Musa del Carnaval, Estefanía Cuervo, antes de comenzar la danza de don Carnal, que se alargó hasta cerca de las nueve de la noche.
El Carnaval alcanzó ayer su máxima expresión en La Bañeza. Hoy se entierra la sardina, a las 20.30 en la calle de la Vía de la Plata y se espera que el Baile de Piñata ponga fin el sábado al programa festivo.