El disfraz, ingrediente para asegurar la juerga
El disfraz es el único elemento obligado en la Noche Bruja. Aparecer vestido de calle en semejante ocasión es como no lucir la necesaria etiqueta en determinados establecimientos. Basta hacer la prueba para sentir el rechazo más absoluto de los congregados en tan famosa fiesta. La Noche Bruja es reflejo de carácter acogedor de los bañezanos, siempre dispuestos a la fiesta, y de que la ciudad ha buscado en el Carnaval uno de sus principales activos desde la década de los ochenta. Esta velada y los desfiles son la cara que, hasta el momento, más ha trascendido de la mascarada bañezana. Sin embargo, va cobrando fuerza, cada año más, aquellos actos espontáneos en los que Georgie Dann sale sobre un paso de Semana Santa o en el que un bañezano escenifica, en plena calle, los apuros de José Luis López Vázquez en la famosa cabina. Todo un homenaje póstumo.