Rabanal reclamará la llegada de un nuevo párroco con una manifestación

La comisión vecinal formada en Rabanal del Camino (municipio de Santa Colomba de Somoza) a raíz del desencuentro surgido en verano con la comunidad de monjes del Monasterio Benedictino de San Salvador del Monte Irago convocó una manifestación para el próximo 21 de marzo para demandar que un párroco atienda a los fieles, según confirmó Agustín Rodríguez en representación de dicha comisión. «La mayoría del pueblo pide que venga un sacerdote y se haga cargo de las tres iglesias de Rabanal, como ha sucedido toda la vida», señaló Rodríguez, que añadió que la comisión estima que los monjes «no están atendiendo debidamente la parroquia». Así, Rodríguez precisó que «el 1 de enero no dieron misa, pese a que había mucha gente esperando», que «los monjes dan parte de la misa mirándose entre sí, sin dar la cara a la gente, lo cual es de patio de colegio», que «cuando quieren llegan tarde» a los oficios o que «el año pasado, por el Corpus Christi, no salió la procesión porque no lo permitieron». Rodríguez acusó a la comunidad benedictina de querer «restringir las tradiciones del pueblo» como «el toque de campanas el día de la fiesta o en caso de incendio» y de «echar un pulso» a la localidad. La manifestación comenzará a las 12.00 horas y recorrerá la calle Real.

«Frente al obispado». «Queremos que el Obispado recapacite. Si no se consigue nada continuaremos las manifestaciones incluso frente al obispado», indicó Rodríguez, que dijo que los afectados habían hablado «en varias ocasiones» con el prelado, Camilo Lorenzo, sin resultado. El padre Juan Antonio Torres, superior de los monjes de Rabanal, negó las acusaciones de la comisión y dijo que «son tales imbecilidades que se descalifican por sí mismas». «Quienes han hecho estas afirmaciones no son feligreses de esta parroquia y en muchos casos ni viven en (el seno de) la Iglesia católica», indicó el superior. Éste precisó que la feligresía de Rabanal «está compuesta por unas veinte personas que participan habitualmente en las misas programadas con todo respeto». «La Iglesia católica no va admitir chantajes de este tipo ni presiones absurdas», dijo Torres, que reconoció el derecho que asiste a los ciudadanos «a hacer manifestaciones y expresar sus opiniones dentro de la ley», pero «la Iglesia católica se reserva el derecho a actuar con plena libertad frente a las presiones». «Tendrán que matarnos para que dejemos de ejercer nuestra libertad religiosa», dijo, y añadió que la comunidad «no pretende mantener un pulso contra nadie, aunque sí contra quienes quieren atentar contra la libertad de la iglesia». Torres señaló que «el horario del monasterio, salvo algunas modificaciones en las celebraciones litúrgicas por las obras, se cumple con normalidad, sin más obligación que nuestro compromiso con la Iglesia de cumplirlo».