La alubia «se lleva las migajas» en las primeras ayudas de la PAC al cultivo
Los agricultores del consejo regulador de La Bañeza habrían cobrado 15.000 euros del millón destinado a las legumbres si el pago se hubiera producido hace un año
El presidente del consejo regulador, Antonio Santoveña, en una imagen de archivo.
Las primeras ayudas de la Unión Europea al cultivo de la alubia son «una forma de quedar bien, pero de hacer el ridículo», según opinó ayer el presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Alubia de La Bañeza-León, Antonio Santoveña.
El dinero de la Política Agraria Común llega por primera vez a la legumbre mediante el Real Decreto 66/2010 que regula los pagos directos a la agricultura y la ganadería en este año y el que viene, fruto del consenso alcanzado entre el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y las comunidades autónomas. El decreto articula las ayudas a la alubia a través del Plan Nacional para la Calidad de las Legumbres, dotado con un millón de euros por anualidad que se repartirán entre las denominaciones de origen (DO) e indicaciones geográficas protegidas, la agricultura ecológica y otras denominaciones de calidad.
El decreto establece una ayuda base por hectárea de 100 euros y contempla una reducción de esta cantidad si se superan las superficies previstas para cada modalidad, si bien, en el caso de las DO e IGP podrían aumentarse los 100 euros por hectárea si no se cubrieran las 4.000 hectáreas que, en principio, se le han asignado. En cualquier caso, el pago no superará los 3.000 euros por explotación.
Si bien los agricultores asociados a la IGP Alubia de La Bañeza han mostrado su interés por cobrar esta ayuda, el presidente del consejo regulador señaló ayer que ésta «no va a suponer un incremento de la superficie de alubia de calidad que se siembre».
Si la ayuda se hubiera aplicado en la última campaña, los 115 agricultores asociados se hubieran repartido 15.000 euros. Según el consejo regulador, las explotaciones acogidas a su control se sitúan entre una hectárea y catorce, si bien la superficie más común «es de tres hectáreas».
«El dinero, a Andalucía». «La que más va a llevarse es Andalucía, que es donde más producción ecológica se da en España y a la que más superficie han destinado (5.550 hectáreas). Otros cultivos, como la lenteja, se van a beneficiar, porque, dado su rendimiento por hectárea, no compensa sembrar menos de 15 o veinte hectáreas. Es lo que pasa con la Lenteja Pardina, de Tierra de Campos, que ha aumentado en más de un 100% su superficie. A un agricultor que siembre 30 hectáreas le suponen 3.000 euros al años», explicó Santoveña.
El plan nacional incluye seis IGP, una DO y tres Eusko Label y acoge a todas las variedades de legumbre que se cultivan por métodos ecológicos.