Dudan del control sanitario de las vacas sueltas en Omaña
Los vecinos no están satisfechos con la respuesta de la Junta ante este conflicto
Los vecinos de la comarca de Omaña, afectados por un grupo de ganado compuesto más de cien vacas y yeguas que pastan sin control alguno por los montes comunales de Riello, manifestó ayer su agradecimiento a la procuradora socialista Inmaculada Larrauri, por llevar a las Cortes este conflicto, que arrastran desde hace casi cuatro años, y conseguir que la Consejería de Ganadería de la Junta se pronuncie al respecto.
De cualquier forma, no están muy conformes con la respuesta facilidada por dicha consejería, en la que se afirma que el ganadero propietario de las reses ya fue sancionado en su día, que la responsabilidad final es de las juntas vecinales y que tienen constancia de que el ganado vacuno está sometido a todos los controles sanitarios de la Junta de Castilla y León. Sobre esta respuesta, los vecinos consideran que la multa de 350 euros impuesta es «insignificante» y que encima «no ha servido para nada, porque el señor sigue sin controlar ni vigilar su ganado». En segundo lugar, respecto a la responsabilidad de las juntas vecinales, los vecinos aseguran que hasta el momento, ninguan de ellas, «ha movido un solo dedo para solucionar el problema». Ninguna de las múltiples denuncias formalizadas contra el dueño del ganado ha sido puesta por ninguna junta vecinal, ya que, según los vecinos, «la mayor parte de sus representantes ni siquiera viven en el pueblo, por lo que ni les va ni les viene y el problema, y otros, tienen interes particulares con esta familia por lo que no quieren personarse en el conflicto». Por lo que se refiere al control sanitario que la Consejería dice que cumple el ganado, los vecinos dudan de que esa afirmación sea cierta, ya que aseguran que muchas vacas carecen de crotal, por lo que «difílmente puede someterse a ningún control veterinario», manifiestan los vecinos.
Sobre las yeguas, aseguran que una nueva normativa de la Junta de Castilla y León obliga a poner un chip de identificación a estos animales. «Estas ni llevan chip ni nada por que como están en un estado de libertad, nadie obliga a su ganadero a ponerlo».
Los vecinos están desesperados ante la falta de soluciones que desde las administraciones se ofrece para solventar este conflicto ganadero.