Adiós a la maga de la literatura

Fue la primera mujer con carné de ilusionista de toda España, pero parte de su magia radicaba en la punta de su pluma. Escribió durante buena parte de su vida, y no fue hasta hace unos años cuando pudo ver publicados sus libros. Logró editar tres, el último de ellos titulado Quince obras en carne viva , en el que evocaba sus vivencias de la posguerra española. Derramaba su talento sobre los relatos, pero no era ajena en absoluto a la poesía. Y sobre todo, derrochaba tal vitalidad que la concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Astorga le dedicó el año pasado un homenaje durante la Semana de la Mujer.

Su singular vida la convirtió en protagonista del cortometraje Violeta y el baúl americano , rodado por un equipo andaluz bajo la supervisión de Paco Tovar, y proyectado en las jornadas de Astorga. Además, el trabajo fue difundido en diversos puntos de España y de Europa, así como en Japón.

Manuela Rejas comenzó a ejercer como ilusionista con 16 años, y tuvo que enfrentarse para ello a una sociedad que reducía el papel de la mujer a las labores del ámbito doméstico. Permaneció en activo en esta disciplina, que la llevó a trabajar en el circo, hasta los 83 años. El Ayuntamiento astorgano quiso rendirle homenaje durante el pasado festival de magia, pero hubo de suspender el acto por problemas de salud de Rejas. Las cenizas de esta mujer tan poco convencional correrán para siempre por el agua del río de su amada Veguellina.