De Puebla al Porma
Alcaldes, vecinos y grupos ecologistas no han cesado de pasear por el entorno de las depuradoras de Picos para garantizar que están funcionando. Y aunque las pruebas determinantes tan sólo son posibles con un trabajo de campo, es más que evidente que varias de estas instalaciones no funcionan o funcionan mal. Uno de los casos más llamativos denunciado por el colectivo Gedemol, promotor de la queja ante la Comisión Europea, es el de Puebla de Lillo, el municipio con mayor cantidad de población flotante en invierno. Tal y como muestran las imágenes que aparecen junto a estas líneas, el vaso de recepción está seco, al igual que el canal. En la primera fotografía puede verse, además, el vertido de agua sin ser tratada al río Porma. Es una situación que se repite en varias partes de la montaña. El alcalde de Posada de Valdeón denunciaba que ayer mismo había sido informado de los desperfectos en la depuradora de Soto de Valdeón, que está vertiendo las aguas residuales fuera de la red. Situaciones como ésta son las que han convencido a Mariano Rojo para tomar la determinación de no asumir el coste del mantenimiento de las depuradoras de su municipio hasta que estén en perfecto estado. Tampoco asumirá la gestión hasta que se construya la depuradora de Caín, de la que, según dice, Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) no tiene noticia alguna por parte de la Junta de Castilla y León, que sí ha realizado, por otro lado, obras de reforma en varias instalaciones.