La comarca arropa a los monjes ante la protesta, que acabó sin incidentes

La tensión regresó ayer a Rabanal del Camino, aunque las dos convocatorias contrapuestas, la manifestación contra los monjes y la misa por la libertad de la Iglesia, finalizaron sin incidentes. Unas sesenta personas según la Guardia Civil -"un centenar según la organización-" participaron en la manifestación convocada por la comisión vecinal para exigir la llegada al pueblo de un nuevo párroco que sustituya al superior de los monjes, el padre Juan Antonio Torres. Los manifestantes portaban pancartas en las que se podían leer lemas como Los monjes en su casa, Dios en la de todos , o Respetad nuestras costumbres y tradiciones. Reloj y campanario . Los integrantes de la marcha, que acompañaban sus reivindicaciones con pitidos, coreaban consignas como «No somos herejes», «Somos católicos», «Curas sí, monjes no» o «Los monjes no pueden excomulgar». Consignas y pancartas resumían algunos de los motivos de enfrentamiento entre los religiosos y quienes se oponen a ellos.

Al llegar a la iglesia de la Asunción, en la que se celebraba la misa presidida por Torres, un portavoz de los manifestantes exigió silencio y respeto para los feligreses, y cesaron los silbidos para dar comienzo la lectura de un manifiesto. Cuatro patrullas de la Guardia Civil asumieron la vigilancia del entorno de la iglesia en todo momento.

Tras la lectura del manifiesto, Agustín Rodríguez, presidente de la Asociación de Amigos de Rabanal del Camino y miembro de la comisión vecinal, indicó, ante la posibilidad de que la protesta no diera sus frutos: «Seguiremos luchando hasta el final, se recogerán firmas y puede que se organice una manifestación ante el Obispado de Astorga».

Silos . Rodríguez precisó que «los monjes, supuestamente, fueron expulsados de Silos, por algo será». Este integrante de la comisión vecinal también señaló que los vecinos «no saben dónde está el millón setecientas mil pesetas que el anterior párroco, Ángel Nistal, dejó en la iglesia del Cristo».

Mientras, unas ciento cincuenta personas, según la Guardia Civil, participaron en la misa por la libertad de la Iglesia, que coincidía en horario con la manifestación. Muchos de ellos eran vecinos de Astorga o de otras parroquias atendidas por los monjes, aunque entre los fieles también había vecinos de Rabanal. El padre Juan Antonio Torres explicó esta circunstancia indicando que «la Iglesia no le pertenece a nadie, es la Iglesia de los católicos, y (en la misa) están la mayoría de los fieles que participan durante la mayor parte del año». El religioso, en respuesta a las demandas de la comisión, indicó: «Sería el fin del estado de derecho que unos ciudadanos libres tengan que abandonar sus propiedades porque una mayoría, por muy mayoritaria que sea, así lo haya decidido». También consideró «inadmisible pedir que la junta vecinal tenga derechos sobre la Iglesia, que es una institución privada». La misa terminó con aplausos de apoyo a los religiosos.