La UE tarda cuatro años en proteger definitivamente la alubia de La Bañeza
El reconocimiento permite al consejo regulador comenzar el etiquetado de las variedades amparadas cocidas, lo que supondrá un incremento de la producción
Corría el mes de octubre del 2005 cuando la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León publicase la orden por la que se protegía transitoriamente la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Alubia de La Bañeza-León. En febrero del 2006, el reglamento de la figura de calidad recibía el amparo del Ministerio de Agricultura y no ha sido hasta ahora cuando la Comisión Europea ha otorgado el reconocimiento definitivo a la alubia bañezana-leonesa, según informó ayer la Agencia Efe. Tan sólo falta un trámite, que la decisión aparezca publicada en Diario Oficial de la Comunidades Europeas, para que la protección definitiva sea firme.
Según explicó ayer Antonio Santoveña, presidente del Consejo Regulador Alubia de La Bañeza-León, «el único cambio que se ha realizado en el reglamento de la IGP es que el envasado está abierto a todo el territorio de la comunidad europea», lo que ha llevado obligado a efectuar un trámite de cuatro años.
El principal impulso. La ventaja de la inclusión de la Alubia de La Bañeza-León entre las figuras de calidad agroalimentarias del a Unión Europea es que a partir de ahora «podrá etiquetarse producto cocinado», explicó Santoveña. Hasta el momento, el sello del consejo sólo se ha aplicado al producto en seco.
El presidente del consejo regulador espera que la producción de la próxima campaña se sitúe sobre los 400.000 kilos, «siempre que lo permita el tiempo», tras los 285.000 que se recogieron en el 2009. El pronóstico se fundamenta en el incremento de la superficie de cultivo y en que la producción «depende de lo que demanden los envasadores», que podría incrementarse con el reconocimiento de la Comisión Europea.
Son 115 los agricultores que forman parte de la IGP y serán más una vez que el organismo inicie charlas informativas dirigidas a los cultivadores: «Formar parte del consejo regulador no supone coste alguno, ni tan siquiera la obligación de sembrar, y, sin embargo, supone respaldar el reconocimiento de la IGP y un cultivo tradicional».
Ramón Santoveña conoció la noticia en la feria Alimentaria, que se celebra en Barcelona, a la que asiste como presidente del consejo regulador y en la que disponen de expositor dos empresas vinculadas al organismo de control. La bienal, de gran importancia para el sector agroalimentario, registra, en su opinión, una asistencia «bastante más baja» que en anteriores ediciones.