«Trasladaremos el problema de los monjes al arzobispado de Oviedo»

Prieto, secretario de la junta vecinal, repasa los últimos acontecimientos sobre este asunto.

-"El obispo de Astorga señaló que si los monjes se marchan se quedarán sin cura las siete parroquias que ellos atienden. ¿Qué opina al respecto?

-El problema es que el párroco es persona non grata en Rabanal. La gente está dispuesta a que se vaya, como párroco, cuidado. No queremos echar a los monjes, están en su casa, pueden seguir atendiendo sus oficios, pero la parroquia no puede estar regentada por este señor, Juan Antonio Torres, porque como párroco ha fracasado totalmente. Es como meter a un capitán de la aviación en infantería de marina: son los dos del mismo ejército, pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Ya miraremos, si el obispo no nos quiere mandar otro cura, la forma de que alguien oficie los actos religiosos.

-¿Se refiere usted a un seglar?

-No, si se puede conseguir un cura, mejor. Otra opción sería recurrir a un seglar habilitado para determinados actos religiosos. Antes que tener a un señor que divide al pueblo, es mucha mejor solución.

-¿Ustedes tienen capacidad para conseguir que un sacerdote atienda Rabanal?

-No lo sabemos todavía, habría que planteárselo.

-¿Conocen algún cura que pudiera estar dispuesto?

-No, pero podemos hacer una llamada a alguien que pudiera venir.

-El obispo les achaca a ustedes la responsabilidad de dividir a los vecinos del pueblo...

-El obispo opina lo que le dice el señor Torres. Cuando llegaron los monjes al pueblo todo el mundo estuvo con ellos. Pasado el tiempo, empezaron a dividir a la gente. Dividieron muy mal, en vez de hacerlo por dos, lo hicieron por veinte. Ellos se han quedado con uno y el pueblo suma diecinueve.

-¿Temen que los vecinos de pueblos cercanos se les echen encima a ustedes si los monjes decidiesen abandonar la zona?

-No, la gente de localidades próximas sabrá lo que tiene que hacer. En los pueblos cercanos también hay un montón de disidencias, en todos tienen a dos o tres vecinos captados para su causa, y los demás somos todos de fuera, digamos.

-¿Y por qué estos supuestos disidentes no han salido públicamente a apoyarlos?

-No lo sé, contra la Iglesia siempre hay miedo. Aunque nosotros hemos dicho en muchas ocasiones que no estamos enfrentados a la Iglesia, estamos enfrentados a un monje metido a párroco.

-El prelado parece que tiene muy claro que hagan ustedes lo que hagan, él no va a cambiar de actitud. ¿Van a seguir luchando igualmente?

-Sí, porque en cualquier sociedad hay unas reglas de convivencia tácitas. Cuando uno las quiere cambiar tiene que contar con todo el mundo.

-¿Temen que caigan en saco roto sus reivindicaciones?

-No hay nadie que pueda estar en contra de un pueblo entero.

-¿Debería actuar alguna autoridad superior al obispo de Astorga en este asunto?

-Por supuesto, porque él demuestra que no tiene capacidad para solucionar el problema.

-¿Tienen pensado acudir a alguien en concreto?

-Por encima de un obispo está el arzobispo y después, la conferencia episcopal. Pensamos acudir al arzobispado de Oviedo. Aunque no tendríamos que ir a ningún sitio, ellos mismos deberían tomar cartas en el asunto y dar una salida honrosa al problema. No queremos echar a nadie, queremos que pongan en Rabanal a un dirigente de la parroquia que no transgreda la convivencia y las tradiciones. Si no hay contestación y nos siguen tratando de herejes, acudiremos donde haga falta.

-¿Han decidido ustedes no acudir a las misas que oficie el padre Torres?

-No, no, esto es totalmente libre. No estamos intentando fomentar un enfrentamiento.