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Reportaje | b. molleda

Grajal sigue añorando sus tallas

Los vecinos se quedaron un año más sin ver al Cristo Yacente, que sigue en manos de las monjas Carmelitas Descalzas tras llevárselo cuando dejaron el pueblo hace tres años

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León

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Tras dos siglos de tradición, la Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo de Grajal de Campos se suspendio por segundo año consecutivo, después de que al protagonista del sepelio, el Cristo Yacente, se lo llevaran las Carmelitas Descalzas que vivían en esta villa a su nueva residencia de Toledo.

Estas monjas vivían desde el siglo XIX en Grajal de Campos, pero el 28 de septiembre del 2006 decidieron dejar el convento que tenían en esta villa y trasladarse a vivir a otro a Toledo, según recordó a Efe el secretario de la Cofradía de Nuestra Señora La Antigua y San Antonio de Padua, Julián García.

En su mudanza, se llevaron al protagonista de la Procesión del Santo Entierro, posiblemente del siglo XIV, y otras dos tallas más, del siglo XVII, imágenes que les pide de forma incesante la Cofradía de Nuestra Señora La Antigua y San Antonio de Padua, que se atribuye la propiedad de estas tallas, al igual que lo hacen las monjas.

Este Cristo Yacente protagonizaba en Grajal la procesión del Entierro desde 1814, un acto religioso que desde entonces se celebró ininterrumpidamente en esta villa leonesa.

Desde que se fueron las monjas, la Cofradía y el pueblo de Grajal pidió les pidió estas tallas de diversos modos, a través de sentadas, con movilizaciones, cartas a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, al Obispado de León y hasta el Vaticano. También, denunciaron a las monjas ante la Guardia Civil por apropiación indebida y el Juzgado de Sahagún resolvió por entonces que no veía indicios de delito penal por parte de las monjas. No obstante, si dejó abierta la vía administrativa para reclamar a las monjas las tallas.

Ya en el 2007, el pueblo procesionó el día de Viernes Santo una fotografía del Cristo en cuestión; en el 2008 un Cristo que les dejó el Obispado, mientras que el año pasado y éste han decidido suspender la procesión. Julián González ha dicho que no quieren procesionar otro Cristo, sino el que considera que es suyo.

Para suplir el hueco de la procesión en la noche del Viernes Santo, para ese día se lució la de los Pasos, que hasta ahora se celebraba el Jueves Santo. Este año, y como novedad en cuatro años desde que se fueron las monjas, la procesión de los Pasos entró en la iglesia que hay junto al convento, una propiedad que también se disputan la Cofradía y las monjas y cuya llave desde este año la tiene el Obispado.

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