Denuncian en Argentina el asesinato de un ex concejal en la guerra civil
Luis García Holgado fue abatido a tiros en septiembre de 1936 en Cáceres
Inés García Holgado, una abogada residente en Argentina, presentó ante la justicia de su país una querella criminal por supuesto genocidio o crimen de lesa humanidad por el asesinato de su tío abuelo, Luis García Holgado, el 21 de septiembre de 1936 en Baños de Montemayor (Cáceres). La denunciante incluyó en su querella la desaparición o fusilamiento de otros dos tíos suyos, ante las trabas con las que se ha encontrado Garzón para hacerlo en España.
Según consta en la querella y según defiende Francisco Moriche en el libro R epresión, silencio y olvido. Memoria Histórica de Hervás y el Alto Ambroz , Luis García Holgado, que nació en La Fregeneda (Salamanca) el 8 de febrero de 1897, trabajó en Astorga como oficial de Correos y formó una familia en la ciudad. Se casó con Modesta Fuertes y, siendo ya padre de cuatro hijos, inició su andadura política en las filas del PSOE. Llegada la segunda república fue concejal en el Ayuntamiento astorgano, en 1934, y colaboró en la creación del instituto y la escuela de trabajo. Ya por entonces defendía postulados anticlericales y era miembro de la masonería.
Participó en la revolución de Asturias de 1934 y, tras ser detenido, fue trasladado a Hervás (Cáceres), donde rápidamente se incorporó a la vida política y sindical como miembro del PSOE y la UGT en 1935. La sublevación militar de julio de 1936 lo encontró en Madrid.
Fue detenido y torturado en la cárcel de Hervás. El 21 de septiembre de 1936, con 40 años, fue sacado de la cárcel de esta localidad y fusilado en la carretera de Baños de Montemayor, en la curva del cementerio. Una vez asesinado de varios disparos, uno de ellos en la nuca, le pasaron un carro por encima, mantuvieron su cadáver varios días a la intemperie y fue expuesto como ejemplo de rojo ante los escolares de la localidad. Su cuerpo fue despojado del reloj y los zapatos. Finalmente, García Holgado fue enterrado y en la década de los años cincuenta sus familiares trasladaron sus restos hasta Astorga. En el cementerio municipal, sin embargo, no consta que fuera inhumado en esta época, aunque era frecuente no registrar este tipo de prácticas en la época. Mientras, según el blog J usticia y memoria, de Inés García Holgado, la familia logró sobrevivir en la posguerra española vendiendo mantecadas en la estación de tren de Astorga.