Diario de León

Reportaje | A. Domingo

Ironía en la Feria del Libro

La bañezana Marta del Riego presentó «Sólo los tontos creen en el amor», una novela que el arquitecto Luis Carnicero comparó con «Vendimiario»

La concejala de cultura, Marta del Riego y Luis Carnicero.

La concejala de cultura, Marta del Riego y Luis Carnicero.

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Redactora jefe de Vanity Fair , la bañezana Marta del Riego Anta sostiene que el título de su primera novela «es ya una ironía». Es una declaración de principios en su lucha particular por desmentir que en las escritoras falta sentido del humor e ironía, que son notas definitorias de una novela «políticamente incorrecta».

Del Riego regresó a La Bañeza, para presentar su libro, en el que narra la historia de Lina Babia, una chica de provincias, periodista, que llega a Madrid. La autora llevó a la harinera un cortometraje de diez minutos, Buscando a Lina Babia -”cuyo montaje «finalizó anoche» tras rodarse en La Bañeza, Mansilla del Páramo, Madrid y Valdesandinas-”, como tarjeta de visita de una obra que ha publicado en febrero la editorial Esencia, de Plantea. La escritora manifestó que, aunque Esencia se ha creado como sello de una literatura dirigida a mujeres, su libro «no se ha escrito ni pensado para mujeres, aunque el punto de vista sea femenino porque la protagonista es una mujer».

De ida y vuelta. El arquitecto y escritor Luis Pedro Carnicero acompañó a la escritora en la presentación y realizó un paralelismo entre su obra y Vendimiario , escrito a principios del siglo XX, del bañezano Menas Alonso Llamas. Carnicero expuso el contraste entre los protagonistas. De una parte, Luis Franco, que regresa de la gran ciudad a La Bañeza en el libro de Menas, y Lina Babia, que vive el proceso inverso. El ponente señaló que mientras Lina Babia deja algo suyo allá donde va, Luis Franco es el que recoge todo lo que puede en su visita a la provincia desde La Bañeza. «El amor está perdido entre los vericuetos de la velocidad» en la sociedad actual, destacó Carnicero, que se refirió a la Feria del Libro como fiesta cultural. «La Bañeza vive un momento en el que hay que fijar las bases de la cultura» como seña de identidad y deseó que la ciudad «se abra para acoger y no se cierre para empobrecerse».

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