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Reportaje | maite almanza

Alija: el centro de la discordia

La tranquila villa se ve sacudida por fuertes tensiones entre vecinos

Algunas pintadas sobre propiedades particulares fueron contestadas por otras.

Publicado por
León

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Todo comenzó el pasado 19 de junio, cuando aparecieron pintadas de contenido xenófobo y cruces nazis en el complejo deportivo de Alija, un establecimiento hostelero y la ermita de Ozaniego. Los escritos contenían insultos a autoridades municipales, a particulares y a inmigrantes; deseaban a éstos la muerte o los calificaban de delicuentes. Bien es cierto que meses atrás había habido ataques contra propiedades particulares, pero en esta ocasión la situación derivó en consecuencias más graves.

El Ayuntamiento, que meses atrás había puesto en marcha un plan para lograr que nuevas familias se instalasen en Alija bajo promesas de apoyo municipal, denunció ante la Guardia Civil la aparición de las pintadas sobre edificios públicos y ordenó eliminarlas. Días después, las cosas se complicaron al denunciar públicamente una familia que se había mudado a la villa haber sido víctima de una agresión. Los afectados mostraron a Diario de León las supuestas consecuencias del ataque, por el que presentaron la correspondiente denuncia, y acusaron a varios vecinos del pueblo de su autoría. Esta familia vinculó la presunta agresión con la aparición de otras pintadas también de contenido xenófobo sobre la fachada de su casa, y la relacionó con supuestos ataques a inmigrantes en el foro que sobre la localidad existía en internet. El asunto no terminó ahí. Pocos días después una mujer dijo sentirse aludida por las críticas de la familia y negó que tanto ella como personas de su entorno cercano fueran los autores de las pintadas de la fachada y de la supuesta agresión, que calificó de «forcejeo», al tiempo que indicó que también sus allegados presentaban lesiones. Hubo cruce de denuncias pero, finalmente, las partes llegaron a un acuerdo y retiraron las demandas sin que llegara a celebrarse el juicio. La familia denunciante aseguró que se marcharía del pueblo. El último capítulo de la historia lo firmó otra familia que abandonó en enero Alija, tras haberse acogido durante seis meses al plan de repoblación municipal, y que aseguró hace pocos días haber sido también víctima del rechazo vecinal, aunque no de agresiones ni insultos. En el fondo del asunto subyacen, según el subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez, y diversas autoridades municipales, como el alcalde, Luis Gómez-Villaboa, no la xenofobia, sino problemas vecinales de distinta índole. No están de acuerdo con esta tesis las dos familias que denunciaron haber sufrido rechazo por parte de sus vecinos.