Se veía
Carta te escribo Martín Martínez
Querido hermano: Pues ya ves, este mes de julio, en Astorga, ha sido de no estarse quieto. De zascandil hemos andado todos con celebraciones mil. La Cámara de Comercio acaba de cumplir sus pimpantes cien años con los actos centrales del acontecimiento. Homenajeó a los cinco últimos presidentes que ha tenido y un secretario general, todos ellos vivos. Así mismo tuvo reconocimiento para diez empresas del Partido Judicial que han sobrepasado el centenar de años, alguna ya anda por la quinta generación y se remonta su instalación a los mediados del XIX. La Zuiza, que la propia Cámara resucitó allá por 1994 y la presencia del pueblo de Clavijo pusieron color y calor a la celebración. De aquí al cierre oficial del centenario habrá charlas, exposiciones y hasta boda maragata en la que -“dicen- será novia nuestra presidenta de la Diputación; del novio nada tengo oído, pero será de rumbo como los padrinos.
Y hermano, si la Cámara remedio el mes, los romanos y los astures, enfrentados y amicales, lo han cerrado con un fin de semana glorioso por las calles de la ciudad y el campo del Melgar. Aquel invento de Juan Pablo El Techa al que pocos apoyamos en 1986, y muchos denostaron, ha traído estos exitosos resultados. Astorga es conocida y alabada desde Cartagena a Corrales de Buelna, desde Rosas al Aljustrel por estas fiestas que recrean siglos pasados y son motivo de fuerte atracción turística. No somos adivinos pero el éxito se veía venir; ahora los organizadores que tienen sus propios denarios y ases de curso legal en estas jornadas, han de tener mucho tiento para no ser desbordados que de éxito también se muere. Y cuidar especialmente lo del mercado, que se dice romano, y a veces deja mucho que desear.
Ciertamente, hermano, no soy adivino, augur ni sé leer en el vuelo de las aves y menos en sus vísceras pero, a veces, acierto. Y es que se veía venir. Por eso en la carta del pasado 22 de junio te lo vaticinaba. Hombre me confundí en la causa, no en el efecto. Te escribía sobre el día del orgullo leonés que encabezaba Chamorro con sus huestes, llevando el festejo no sé por qué razones a Rodiezmo. Aquella campa minera y sindicalista es terreno abonado para la fiesta septembrina de socialistas y ugetistas, sucesores ideológicos de aquel linotipista llamado Pablo. La prevista ausencia del Presidente del Gobierno para el cinco de septiembre la achacaba yo a Chamorro pero hay otras como sabes; sin embargo más bien creo que ZP no aguantó el chuleo que le ha hecho el leonesista de una campa que tenía como de herencia.
Recuerda hermano que aquel 22 de junio te escribía así: -œClaro que en esta última temporada las tablas de la ley (me refería a las que Zapatero enseñaba cada año a los mineros) se le han escanjinado y a lo peor no acude para echarles unas lañas-. Y ya lo has visto; a pesar de la solemne promesa realizada en el Parlamento y enviscar a Rajoy a que asistiera, la agenda de Moncloa, Japón, China y demás privan a José Luis de ejercer el oficio de leñador que tan bien desempeñaban aquellos estañadores ambulantes de nuestra infancia. La cosa debe estar fea, pues hasta Leyre tiene dudas de su asistencia y eso que es la tierra de sus mayores donde ella correteaba en vacaciones infantiles. Al parecer nos queda Alfonso, que el sólo se basta para animar al personal. Chamorro fue el inicio, después ya has visto lo ocurrido y ahora la ausencia. Se veía venir.