Reportaje | A. Domingo | Pregón de fiestas y coronación
Y los sueños, libros son
Acto social por excelencia, la coronación de las reinas —mayo e infantil— y damas de las fiestas es un acto de indudable trascendencia social en La Bañeza, que, hasta hace algunos años, mar
Noche de emoción para las reinas y las damas y, también, para el director General de Libro, Rogelio Blanco, bañezano por sus seis años de bachillerato en el seminario menor, el Colegio San José.
Natalia Montero Amenedo y sus damas -"María Oliver, Zulema Cartón, Miriam Reñones y Cristina Ares vivieron el momento con nervios e ilusión, al igual que la reina infantil, Virgina Fuertes Echevarría, y su séquito -"Marta de la Torre, Nazaret Fernández, Cristina Franco y Sonia Fernández. Vivirán la fiesta con una intensidad, en especial en la mañana de hoy, cuando la ciudad muestre su cariño a la Asunción en la ofrenda floral.
Tras la ceremoniosa coronación, el pregonero, Rogelio Blanco, desempolvó sus recuerdos y sus libros, relatando sus vivencias de niño a adolescente en el seminario menor de La Bañeza y la relación que entre su cargo de director general del Libro y la ciudad existe, quizá por eso de haber respirado los mismos aires con los que se crió el bañezano Juan de Ferreras, director de la Biblioteca Nacional y de los primeros académicos que limpiaron y fijaron el idioma: «Si él dirigió la mayor biblioteca española y una de las grandes del mundo, a mí me ha correspondido ser responsable de nuestra mayor industria cultural y la cuarta del mundo, la del libro. No sabría explicarles cuánto tiene que ver La Bañeza en este trasgo, pero sí sé que todo tiene un origen, una piedra basal», explicó Blanco.
Seis años en La Bañeza sirven a este cepedano de Morriondo para afirmar «soy bañezano». A la ciudad llegó «niño y me fui mozuelo». Blanco se incluyó en una generación hija de los sueños «de unos padres que se esforzaron hasta el límite para lograr un futuro mejor para sus hijos». El seminario era la puerta a los estudios y el escape de la aldea, que lograrían unos padres «hijos del sacrificio, moradores de una España hecha añicos por la incivilidad de unos golpistas salvapatrias que interrumpieron criminalmente el ritmo de progreso de un pueblo».
Blanco, que gastó sus ahorros en comprar algún libro en la desaparecida Gráficas Rafael reivindicó La Bañeza como su matria , que «sustantiviza y nutre. Yo fui nutrido en La Bañeza y esta es mi matria ».